Zaragoza, 27 mar (EFE).- El sector turístico en España se prepara para captar parte de los 100 millones de turistas chinos que viajarán a otros países a lo largo del 2014 debido al desarrollo económico de una clase media de, entre 30 y 50 años, que cuando sale al exterior gasta un promedio de 3.000 euros por persona.
Estos son algunos de los datos de la Organización Mundial del Turismo (OMT) aportados en la II Conferencia Mundial Chinese Friendly Cities que reúne estos días en Zaragoza a 28 expertos internacionales que ofrecerán las claves para captar viajeros del primer emisor de turistas del mundo.
España se sitúa por debajo de la media europea en número de turistas chinos, muy por detrás de otros destinos consolidados como Italia, Francia o Reino Unido, debido principalmente a la falta de promoción y a la escasa conexión aérea con el gigante asiático, ha comentado la subdirectora de Estrategia de Tourespaña, Elena Sainz.
Dos realidades que se pretenden cambiar, habilitando vuelos directos entre China y España a lo largo de este año, y adoptando medidas para agilizar al máximo la tramitación de los visados, ha puntualizado Sainz.
El sector turístico español debe prepararse también para degustar un trozo de esa «enorme tarta» que es el turismo chino, no sólo por ser un mercado en expansión, sino porque, según datos de la OMT, es el que más gasta cuando viaja, dedicando a compras un 30% del coste total del viaje.
Suele viajar en grupo y se decanta por un turismo «muy generalista», según las encuestas que maneja Tourespaña, es decir por una oferta diversa como la que se encuentra en España, desde la naturaleza, las compras y, sobre todo el arte y el patrimonio cultural, ha indicado.
De hecho, quince ciudades españolas han sido declaradas patrimonio de la humanidad, algo que interesa enormemente al turista chino que, además de viajar a Barcelona y Madrid, prefiere también núcleos más pequeños como Segovia, Toledo o Sevilla.
Estas tres ciudades, junto a Zaragoza, tienen la calificación de «Chinese Friendly City», al disponer de una serie de servicios y equipamientos que hacen confortable la estancia del visitante chino, que suele ser por lo general muy exigente con la atención recibida.
Según ha indicado el presidente de Chinese Friendly International, Kurt Grötsch, los establecimientos hoteleros deben conocer que a los chinos no les gustan demasiado ni los lácteos, ni las cervezas frías porque cuanto más alta es la temperatura «más agua caliente beben».
Tampoco, el desayuno continental, a base de café con leche, tostadas y repostería, ya que prefieren sopas calientes de fideos.
Son pequeños «guiños culturales» que no cuestan demasiado dinero, pero que hacen la estancia más placentera al turista chino, como poner en la habitación un termo de agua caliente, algo que echan especialmente en falta y que está presente en los hoteles de hasta menor rango en el país asiático, ha dicho.
También, traducir los letreros y las cartas del menú a la lengua china, al igual que la página web, no al pie de la letra sino de forma que se entienda, ya que el 90 % de los chinos mayores de 40 años no hablan inglés y se sienten humillados si no pueden comunicarse.
En este asunto ha hecho especial hincapié Man Yee, experta en Comunicación que impartirá esta tarde la ponencia «¿Nos entienden?», quien ha apuntado que, a pesar de que en China hay nueve grandes familias de idiomas y más de 200 dialectos, el chino mandarín es el lenguaje oficial.
«En general, todo el mundo habla mandarín, aunque con distintos acentos como ocurre también en España», ha puntualizado.