Immenstaad, 19 dic (dpa) – Al igual que muchos hoteleros alemanes, también Michael Heinzler deberá aumentar los precios de su hotel ubicado a orillas del lago Constanza entre un 16 y un 18 por ciento.
La inflación, el aumento de los costes de explotación y el retorno en el sector de la restauración de la tasa del impuesto al valor agregado (IVA) del 19 por ciento, en lugar del 7 por ciento, harán subir los precios.
Heinzler no sabe cómo reaccionarán los clientes a la subida de precios a partir del 1 de enero. «La situación nunca había sido así», señala el propietario del hotel en la localidad de Immenstaad, en el sur de Alemania.
Ante esta situación el hotelero, de 51 años, quiere ofrecer algo para todos los bolsillos en su hotel de 34 habitaciones a orillas del lago.
«Son tiempos difíciles», afirma Tobias Warnecke, director de la Asociación Alemana de Hoteles. Durante la pandemia del coronavirus el sector sufrió una fuerte crisis. Cuando la situación comenzó a mejorar lentamente, estalló la guerra en Ucrania. «Nos deslizamos de una crisis a otra», agrega.
Tras fuertes caídas en 2020 y 2021, el sector de la hostelería sigue por detrás de los niveles anteriores a la pandemia en términos de facturación.
Según las cifras publicadas hoy por la Oficina Federal de Estadística (Destatis), ajustado por el aumento de los precios, el sector cayó en octubre un 3,8 por ciento en una comparación interanual.
La entidad precisó además que, en relación al mes de septiembre, el volumen de negocio cayó un 2,5 por ciento en términos reales y un 2,1 por ciento en términos nominales.
La caída de las ventas también se ubicó un 13,3 por ciento por debajo del nivel de octubre de 2019, anterior a la pandemia del coronavirus.
Si solo se tienen en cuenta los hoteles y otros proveedores de alojamiento la caída es del 7,5 por ciento.
En opinión de Warnecke la rentabilidad en el sector hotelero siempre ha sido relativamente baja. «Nunca ha sobrado mucho», destaca el experto.
Por su parte, Stephanie Zarges-Vogel, de la consultora hotelera Zarges von Freyberg, considera que es posible tener ganancias. Sin embargo, destaca que hay que acostumbrarse a que, a pesar del aumento de las ventas, los beneficios no serán muy altos, porque el margen se desplazó sensiblemente a la baja debido al considerable aumento de los costes.
La consultora alemana sostiene que el sector hotelero se caracteriza por la incertidumbre y la dificultad de planificación. «Creo que nunca ha sido tan difícil planificar», asegura Zarges-Vogel.
Será sobre todo muy difícil para los hoteles sin un concepto claro y un posicionamiento fuerte y también para los hospedajes de gama media. «Lo barato y lo muy caro funcionan, pero lo intermedio es difícil de presentar», comenta.
Según el director gerente de la asociación hotelera la relación calidad-precio siempre ha sido muy buena en Alemania. «Siempre ha sido difícil conseguir precios razonables porque los alemanes son muy sensibles a los precios», explica Warnecke, quien por el momento no ve posibilidades de bajar los precios.
Por su parte, la consultora Zarges-Vogel insiste en que aumentan las necesidades de los clientes y, a medida que aumentan los precios, también se vuelven más sensibles.
Por lo tanto, la consultora resalta que la exclusividad es un factor muy importante. Esto empieza por los pequeños detalles del bufé del desayuno, por ejemplo, con productos regionales. Pero también en el diseño o el mobiliario del hotel, pensando en cosas que los huéspedes no encontrarán en todas partes, o en el servicio, por ejemplo con un ambiente personalizado.
«Así es como se pueden crear puntos de venta únicos que las cadenas hoteleras nunca tendrán», afirma la experta en hotelería.
Por Aleksandra Bakmaz y Robin Wille (dpa)