(dpa) – Playas desiertas, lugares públicos sin gente. Muchos destinos turísticos están irreconocibles estos días. Los viajeros desde sus casas se preguntan cuándo podrán volver a armar las maletas y tienen mucho tiempo para planear sus próximas aventuras.
En Internet hay suficiente inspiración. Muchos destinos apostaron con fuerza a la oferta digital. Los viajes virtuales son un verdadero boom. Claro que eso tiene la desventaja de que puede generar nostalgia de las vacaciones, aunque, quizá, también ayude a calmarla un poco.
Exploraciones con el mando y safaris virtuales
Algunos destinos turísticos se están esforzando mucho en estos tiempos para ofrecer propuestas atractivas. Las Feroe, un grupo de islas en el Atlántico, tienen una oferta especial: A través del teléfono móvil, la tablet o la PC los usuarios pueden conducir a un guía turístico real con una cámara sobre la cabeza por el árido paisaje, como si de un avatar en un videojuego se tratara.
«Remote Tourism» (turismo remoto) se llama esta modalidad de turismo a través del mando a distancia. Incluso se puede dirigir un vuelo en helicóptero. Los interesados pueden inscribirse en la web turística de las Feroe, donde encontrarán las fechas disponibles. Los usuarios que participan pueden asumir el control del guía durante un minuto de forma rotativa.
Muchas veces es la necesidad la que despierta la creatividad. Por ejemplo, no hay turistas en los safaris en África. ¿Qué se puede hacer?
En Sudáfrica, por ejemplo, el grupo hotelero Andbeyond ofrece «game drives» (paseos para ver animales) por cuatro reservas diferentes de animales salvajes.
El guía emite en streaming imágenes de leones, elefantes y rinocerontes a través de Youtube, Instagram y Facebook a los hogares en la otra punta del mundo. Un marketing inteligente con la esperanza de que lleguen tiempos mejores.
Saltos de cumbre en cumbre y recorridos
En Suiza, los visitantes pueden saltar virtualmente de cumbre en cumbre a diferentes miradores, desde donde se ofrece una vista de 360 grados de las montañas. También se pueden hacer paseos en avión sobre el Lago de Ginebra.
La ciudad alemana de Kronach, en Baviera, en la selva de Franconia, con sus casas de paredes entramadas, ofrece una visita guiada en vivo en Instagram.
También muchos museos cerrados permiten visitas virtuales por sus salas de exposiciones y con numerosa información. Eso se puede hacer, por ejemplo, en el Museo Städel en Fráncfort a través de una aplicación de realidad virtual o el teléfono móvil.
Muchos museos en Italia hacen ofertas similares. También numerosos conciertos que se hubieran disfrutado en el destino de las vacaciones ahora se pueden seguir online al igual que otros eventos turísticos.
Fotos panorámicas de 360 grados y recorridos virtuales
Cada vez más hay ciudades que se pueden visitar virtualmente, aunque no todas están aprovechando al máximo las posibilidades de la tecnologías. Algunas venden contenidos online como videos como «viajes virtuales». Nada nuevo bajo el sol. Pero eso es mejor que nada.
Las imágenes panorámicas de 360 grados existen ya desde hace tiempo, por ejemplo, en www.360cities.net. En esa web se puede ver virtualmente el Empire State Building o volar en un globo aerostático por el desierto de Namibia.
También en Alemania hay algunas propuestas como estas. Hannover, por ejemplo, ofrece en su web turística numerosas fotos panorámicas de 360 grados de sus atracciones más conocidas. Allí es posible recorrer la ciudad y también conocer virtualmente los Jardines de Herrenhausen.
La zona turística alrededor de la capital de Baja Sajonia ofrece 24 visiones panorámicas, como las del Lago Steinhude o la cadena de colinas Deister. Con un solo click, se accede al modo de realidad virtual.
También los agentes de viajes ofrecen inspiración digital. Así, DER Touristik, por ejemplo, ofrece en www.der.com videos de 360 grados de destinos como Niza, Sudáfrica o México.
Hay paseos virtuales en cruceros por ejemplo en Tui Cruises y Hapag-Lloyd Cruises. Y en el caso de Tui los futuros viajeros pueden incluso espiar las habitaciones de los hoteles de las marcas Life y Tui Blue de manera virtual.
Un desafío para el cerebro
La tecnología de realidad virtual hizo posible muchas cosas. No se pueden visitar países y continentes nuevos de cerca, pero sí explorarlos de manera bastante realista.
El futurólogo vienés Tristan Horx cree que de esta manera se pueden calmar algunas nostalgias y despertar las ganas para futuros viajes.
También considera que se puede dar a través de esta modalidad una desaceleración de los viajes, ya que de esta manera se hace realidad la posibilidad de visitar todas las regiones del mundo sin huella de carbono ni daños al medio ambiente.
Horx dice que apps de realidad virtual como Google Earth pueden ofrecer imágenes impactantes de ciudades y edificios. Pero aclara que al utilizar la tecnología de realidad virtual al cerebro se le exige más. En su opinión, las gafas de realidad virtual no se pueden usar por más de una hora.
Carsten Fischer considera que algunos problemas de compatibilidad y películas no muy apropiadas son las razones por las que hasta ahora los viajes de realidad virtual no funcionaron tan bien.
El gerente de Interactive CMS llevó las gafas especiales a sus oficinas para apoyar su asesoramiento. Pero la aceptación por parte de los clientes fue menor a la esperada. De todas maneras, está claro que todas estas impresiones virtuales no pueden sustituir un viaje de verdad.
No es posible sustituir los viajes reales
Horx considera que con imágenes y videos no se puede reflejar ni de forma aproximada la complejidad de un viaje. «La experiencia visual es sólo un aspecto de muchas impresiones sensoriales que percibimos cuando viajamos». Las interacciones con la naturaleza y la cultura y las personas que habitan los lugares son decisivas en un viaje.
Quien quiera ponerse a tono para su primer viaje después de la crisis por el coronavirus tiene una manera muy simple de hacerlo: mirar fotos viejas. Con los recuerdos de los momentos vividos regresan impresiones sensoriales pasadas como sonidos, aromas, sensaciones, asegura Horx. Ese rico mundo interior no puede ser reproducido por ninguna tecnología.
Por Catharina Puppel (dpa)