Valladolid, 31 jul (EFE).- En plena operación salida de vacaciones, cuando las carreteras españolas se llenan de coches, seis moteros acaban hoy una aventura que les ha llevado por toda España con el mensaje de que «en la carretera, alcohol cero».
Su periplo ha conducido a Javier, David, Álvaro, Francisco, Diego y Ramón hasta Valladolid, una de las ciudades más comprometidas con la cultura «motera» y en la que cada año se celebra «Pingüinos», una de las principales concentraciones mundiales de motoristas.
Después de recorrer más de 5.500 kilómetros, los «Sin Riders» han llevado por las carreteras de más de 30 provincias españolas un mensaje para concienciar a todos los conductores de los riesgos que entraña conducir bajo los efectos del alcohol, en una campaña que está auspiciada por la Dirección General de Tráfico.
Ataviados con «chupas», pañoletas y gafas de sol, montados en sus «harleys davidson» en cada pueblo o ciudad a la que llegaban buscaban el primer bar e invitaban a los clientes a tomar una «cerveza sin», al mismo tiempo ensalzaban las bondades de esta bebida carente de alcohol.
Ramón Pradera, uno de los integrantes del grupo, ha sido taxativo al asegurar a EFE que con el consumo de cerveza sin alcohol uno «se puede ahorrar una cantidad de disgustos enorme y, a la vez, recibir muchas satisfacciones».
En estos últimos treinta días por las carreteras españolas, el grupo ha llegado a la conclusión, según ha reconocido Ramón Pradera, de que los conductores españoles «sobre todo los jóvenes» están concienciados de los riesgo que comporta el alcohol para la conducción.
Pero aún así, en su aventura, se han encontrado con conductores «veteranos» que afirmaban conducir mejor con «un par de cervezas».
Además de concienciar sobre el peligro del alcohol, los seis jóvenes han querido romper con el «mito» que rodea al motero como personas «juerguistas y bebedoras» que, según él, es más ficción que realidad.
Con tantos kilómetros en sus espaldas, la mayoría de ellos por carreteras de segundo orden -un ochenta por ciento-, las anécdotas que han vivido han sido muchas.
Así, en un pequeño pueblo catalán, se tropezaron con «una banda de moteras» lo que despertó su sorpresa porque en España no es común ver a mujeres circular de manera agrupada, bajo una misma enseña y dándose a notar.
Ramón Pradera y sus chicos se vieron agasajados en Valverde del Camino (Huelva), cuando unos vecinos les hicieron entrar con sus motos en el salón donde se celebraba un banquete de bodas acompañados del regocijo de los novios y de sus invitados.
Desde una vertiente más seria, los seis moteros han reconocido que las carreteras han mejorado mucho en los últimos años y su estado es «bueno o muy bueno» y se ha avanzado en la adaptación de los «quitamiedos» para no hacer tan peligrosas las caídas de los motoristas, porque como dicen los ciclistas «su piel es la carrocería».
Después de catorce ediciones de la campaña contra el consumo de alcohol entre los conductores, la primera protagonizada por moteros, el grupo de «Sin Riders» se ha sorprendido por la alta concienciación social entre las personas que se ponen al volante de un coche o a los mandos de una motocicleta.
Por Juan Carlos Pablo y Adrián Arias