Los amarres de amor se aprovechan para resolver conflictos sentimentales, normalmente por algún problema que tengamos con la pareja.
Estos hechizos son considerados los más poderosos dentro de este ámbito y, por ese motivo principalmente, han cobrado una gran popularidad frente a otras alternativas.
Hacer bien un amarre de amor es de vital importancia para que el deseo que pedimos al Universo se cumpla. Para ello tenemos la opción de hacerlo por nuestra cuenta, si contamos con suficiente conocimiento sobre ellos y experiencia en su desarrollo o, como alternativa, también podemos acudir a la consulta de profesionales.
En España una de las profesionales con mayor especialización y reconocimiento en amarres de amor es Paloma Lafuente. No solamente ofrece servicios de amarres, sino que también puede ayudarte con otros hechizos o servicios complementarios como las cartas del tarot.
La cartomancia, precisamente, es uno de los varios factores que influyen, más o menos de forma externa, con respecto al amarre de amor.
Es decir que no todo depende del ritual de amarre para que el deseo que pedimos se cumpla, sino que todos los factores externos relacionados también deben estar en sintonía.
Repasamos a continuación los que podemos considerar los factores más importantes con respecto a un amarre de amor, más allá del propio ritual.
Las cartas del tarot y los amarres de amor
Un factor clave con respecto a las cartas del tarot es la cartomancia, es decir, la interpretación de las cartas del tarot.
Precisamente Paloma Lafuente descubrió muy pronto sus aptitudes para la cartomancia y, desde entonces, ha mantenido una dedicación constante a ellas, para poder aprovechar todo su potencial para cualquier persona que lo necesite.
Antes de elegir un amarre de amor, se recomienda siempre aprovechar las cartas del tarot, por lo que su influencia es determinante, ya no solamente para escoger el ritual adecuado, sino también para confirmar si ese es el tipo de hechizo que necesitamos o incluso qué problema es el que tenemos que resolver realmente.
La cartomancia puede verse también como un ejercicio de introspección, en el que lo que hacemos es mirar a nuestro subconsciente. Echamos una mirada a información sentimental propia que no somos capaces de ver en nuestro día a día, quizás porque en el fondo no queremos ser conscientes de la verdad que se nos va a revelar.
En este ejercicio nos hacemos preguntas personales, para encontrar en ese subconsciente las respuestas que estamos buscando como: ¿soy feliz?, ¿mi pareja es feliz?, ¿nos dirigimos a un camino juntos?, ¿hay algún problema en la relación?, ¿cuál es el origen de ese problema?, ¿alguien nos está influyendo negativamente?
Gracias a la interpretación de las cartas del tarot podremos encontrar estas y muchas más respuestas, para tomar las decisiones adecuadas.
Podremos ver el presente con total claridad y el futuro hacia el que nos dirigimos. Podremos tomar las decisiones oportunas para cambiar ese destino y buscar de nuevo la felicidad. Podremos saber si necesitamos o no un amarre de amor y cuál en concreto es el que tenemos que aprovechar.
La concentración en el amarre
Tanto si haces el amarre de amor por tu cuenta, como si tienes la ayuda de una profesional como Paloma Lafuente, tu concentración va a ser determinante para que todo el ritual salga tal y como deseas.
Con un amarre de amor lo que estamos haciendo es pedir un deseo al Universo. Para ello, además de hacer todo correctamente, también tenemos que poner toda nuestra energía en ello, para lo que necesitamos concentración.
De hecho, Paloma Lafuente aconseja siempre que dediquemos el tiempo que haga falta para aprender a concentrarnos. Técnicas como la meditación y similares, pueden ayudarnos a conseguir dominar la concentración, algo que también nos va a servir en otros ámbitos de la vida.
Incluso si es algo que nos cuesta bastante, esta profesional nos indica que debemos dedicar horas si hace falta antes del ritual, para que cuando nos pongamos con ello, podamos hacerlo con plena concentración.
Para conseguirlo, también hay que ir concienciados a ello. Esto implica que el deseo que vamos a pedir al Universo se tiene que convertir en nuestra máxima y única importancia, al menos cuando vayamos a hacer el ritual.
Debemos enfocarnos completamente en ese deseo y en solucionar el problema sentimental que tenemos. No nos puede distraer otra preocupación, ni tampoco debemos tener distintos frentes abiertos de la misma importancia, porque entonces el hechizo no cobrará la intensidad que necesitamos.
Algo clave en conseguir esta concentración es también tener fe absoluta en el hechizo. En el momento en el que elijas el amarre de amor para resolver tus conflictos sentimentales, debes tener confianza total en que es la solución ideal y que con él vas a conseguir tus objetivos.
Esta fe inquebrantable te ayudará a alcanzar la concentración que necesitas para otorgar la máxima intensidad al hechizo cuando llegue el momento del ritual.
La importancia de la magia blanca en tu hechizo
Otro factor externo que se asocia a los amarres de amor es la metodología que aplicamos o, más concretamente, el tipo de magia que vamos a aprovechar para el ritual.
Paloma Lafuente siempre recomienda utilizar la magia blanca y hay varios motivos que justifican esta decisión.
El primero de ellos, vinculado a los amarres de amor, es que la magia blanca respeta el libre albedrío. Esto es importante porque significa que, si cometemos algún error durante el ritual, no tendremos que temer consecuencias negativas.
Por tanto, podemos hacer el ritual sin riesgo y, en caso de equivocarnos, no le influirá a nada ni nadie, ni siquiera a nosotros. Obviamente tampoco se cumplirá nuestro deseo, pero al menos no dañaremos a otras personas por habernos equivocado, todo seguirá su orden natural.
Otro aspecto a destacar de la magia blanca con respecto a los amarres de amor es que no impone sentimientos inexistentes. Este tipo de magia aprovecha sentimientos que tiene actualmente la persona y los reorienta hacia el enfoque que estamos buscando.
Por tanto, un amarre de amor con magia blanca se podrá aprovechar siempre y cuando la otra persona mantenga todavía esos sentimientos de cariño y amor que caracterizan en la pareja. En la mayoría de casos así es, aunque aparentemente no se muestren debido a que otros sentimientos como el rencor o el enfado, los enmascaran completamente.
Aprovechando los sentimientos que todavía permanecen en el fondo, esta magia los reorienta y los pone en prioridad, para resolver el problema sentimental y fomentar un acercamiento entre las dos personas que forman parte de la relación.
Esto implica dos cosas importantes. La primera de ellas, que los efectos del amarre no van a ser inmediatos. No vas a terminar el ritual y a comenzar a ver esos cambios. Los efectos serán progresivos y graduales.
Por descontado, serás la primera persona en notarlos y deberás adoptar una actitud receptiva, si no quieres causar en esa persona confusión e incluso agravar la situación.
En segundo lugar, el hecho de que estos cambios se provoquen de esta forma es lo que permite que los resultados logrados sean duraderos y consolidados. Es uno de los principales motivos por el que los amarres de amor se han hecho tan famosos e incluso prioritarios, con respecto a otros hechizos.
La magia blanca no es la única opción que tenemos para hacer un amarre de amor, pero sí la más recomendable. También está la posibilidad de usar la magia negra, pero no es algo que pueda ofrecerte resultados apropiados.
Para empezar, la magia negra sí impone sentimientos inexistentes. No le importa lo que sienta la otra persona, sino el objetivo del hechizo, lo que también hace que los efectos se vean mucho más rápido.
En contrapartida, esos efectos son efímeros. Al poco tiempo la persona que ha sido objeto del amarre se da cuenta de ello y de que los sentimientos que tenía se le han impuesto, de manera que la situación no solo se estropea más, sino que puede ser irreversible llegados a este punto.
El horóscopo de la persona hacia la que se dirige el amarre
Podemos hacer un amarre de amor con la información que tengamos, siempre intentando aprovechar todo lo que podamos para que el hechizo salga bien.
Pero si aprovechamos un dato tan interesante como el horóscopo de la persona, conseguiremos un enfoque más certero del hechizo y, por tanto, tendremos más posibilidades de que se cumpla nuestro deseo al Universo.
El horóscopo de una persona determina en buena parte su personalidad, pero también cómo puede reaccionar frente a un tipo de hechizo u otro. Por eso, con esta información podemos escoger el amarre adecuado e incluso enfocarlo de la mejor manera para que sus efectos sean más intensos.
Con el horóscopo podemos saber incluso si alguna piedra mágica es más recomendable para un hechizo con respecto a esa persona y si debemos realizar el ritual en un momento determinado de la semana, del día o del año.
Cuándo y dónde hagamos el ritual
Como hemos indicado antes, el ritual de amarre de amor lo puedes hacer por tu cuenta o contar con alguien profesional. Si escoges la primera opción, tienes que elegir dónde hacer todo el proceso.
Normalmente se piensa que se puede hacer en casa, pero en la práctica la vivienda particular no suele ser buena idea, salvo en algunos casos en los que directamente deben hacerse acciones en ese inmueble.
El motivo es que debemos hacer el ritual con plena concentración en él, sin riesgo de que nada pueda distraernos o interrumpirnos. Esto en una casa particular es difícil de conseguir. Es posible recibir una llamada, que toquen a la puerta o que alguien llegue a entrar en la habitación en medio del ritual.
Si contamos con alguien profesional como Paloma Lafuente, tenemos a nuestra disposición el espacio de sus consultas, ya preparado de antemano para este tipo de rituales y sin riesgo de que nada ni nadie nos interrumpa.
Igual de importante es dónde hacer el ritual como cuándo es el mejor momento. Dependiendo también de otros factores como el horóscopo que se ha explicado anteriormente o el tipo de amarre que vayamos a hacer, es preferible que el ritual se desarrolle en un momento o en otro.
Otras personas que afectan a la relación
Entre los factores que influyen en un amarre de amor también pueden estar personas, en concreto, terceras personas fuera de la relación, cuya influencia negativa condiciona a la pareja, la deteriora o puede incluso destruirla.
En esos casos, debemos enfocar todo el amarre al alejamiento de esas personas, por lo que se convierten en un factor de incidencia directo, que tenemos que tratar con la mayor urgencia posible.
Hay varios casos en los que terceras personas pueden afectar a la relación y, por tanto, también distintos amarres que podemos aprovechar para solucionar esta situación.
Uno de los más frecuentes es el amarre de alejamiento de terceras personas que quieren quitarnos a la pareja. Son personas, a menudo conocidas, que están interesadas sentimentalmente en nuestra pareja y que hacen todo lo posible por destruir la relación.
Cuando la pareja pasa por una crisis, provocada por la influencia de esa persona, es cuando aprovecha para atraer a la parte que le interesa, con la promesa de una relación que en realidad ya disfrutaba antes.
Otro caso muy común es el de personas tóxicas, que disfrutan viendo cómo sufren los demás por sus acciones, concretamente, por su influencia que muchas veces no se percibe.
De hecho, es difícil identificar a estas personas tóxicas, porque a menudo son amistades de muchos años, que han ido adoptando poco a poco esa personalidad.
Gracias a la interpretación de cartas del tarot, podremos saber si alguien está influyendo de forma tóxica en la relación y quién es exactamente esa persona.
En este caso y el anterior, el alejamiento que debemos buscar es definitivo, para siempre, ya que así evitaremos que esa influencia negativa vuelva a afectarnos.
Pero no son los únicos casos. También hay amarres de alejamiento para terceras personas que son familiares demasiado entrometidos. Estos amarres son más delicados, porque no debemos alejar para siempre a un familiar. Con el ritual adecuado, conseguiremos eliminar esa influencia negativa, pero manteniendo la unión con esa persona.