(dpa) – Relajado pero sin recostarse en el sofá. Así se resumen las tendencias de moda masculina para la temporada otoño-invierno en Europa. Y es que «lo informal se vuelve más elegante», dice el periodista especializado en moda Bernhard Roetzel.

Las telas brillan y relucen, la ropa deportiva tipo jogging está en retroceso. Pero los hombres no deberán despedirse del todo de la comodidad esta temporada.
El impulso de salir, la sed de aventura
«Venimos de una época larga en la que muchas veces estuvimos en casa, en parte obligados por la situación durante la pandemia», dice el analista de moda André Bangert de la revista «TextilWirtschaft». «Y ahora nos liberamos justo un poco de esas garras. Ese impulso de salir y vivir, la sed de aventuras, lógicamente también influirán en la moda y los looks este otoño».
Según Roetzel, la tendencia va hacia un viejo conocido de los 90: «smart casual», lo que quiere decir algo así como elegantemente casual. Este estilo se muestra, por ejemplo, en una chaqueta de plumas práctica y desenfadada, que sin embargo obtiene un efecto elegante a través de un toque metálico. «De manera que se ve lo noble en el detalle», dice el experto en moda.
Bangert menciona otro efecto: la camisa tiene un «brillo sedoso». Son «telas que fluyen las que están ganando terreno en la moda». Además, se ven cortes tipo blusa y géneros aterciopelados.
Eso se relaciona además con otra tendencia: «La ropa masculina se atreve más y más a superar las fronteras y también toma cosas de la femenina», dice Bangert. El periodista de moda considera que «eso enriquece la moda masculina de forma extraordinaria».
Eso también vale para otros imprescindibles de la temporada: «anillos, cadenas de oro, pequeñas cadenas con un atuendo elegante, cadenas gruesas de estilo rústico para los atuendos urbanos». Una alternativa posible son las pulseras. Lo importante es que sean finas.
Probar al revés: la camisa por encima del suéter
Si en los años pasados se combinaba el suéter y la sudadera con capucha con jeans, ahora más bien se usan prendas de punto. Según Bangert, porque «se ven más valiosas, más elegantes». Se combinan, por ejemplo, con la sobrecamisa. «Es decir, sobre la prenda de punto se utiliza otra camisa, que es un poco más que otras camisas». Es decir, una más gruesa, de franela, por ejemplo, que a veces puede sustituir a una chaqueta.
Si hace más frío, simplemente hay que ponerse una chaqueta encima. Y es que el «layering», es decir, vestirse como cebolla, sigue siendo tendencia.
Una prenda muy usada, según Bangert, es una que tuvo su fuerte presencia ya el invierno pasado: el suéter de cuello alto. «Combinado con un saco o una chaqueta». Lo nuevo: está temporada puede ser perfectamente negro.
Y es que, según coinciden Bangert y Roetzel, el negro vive un renacimiento este otoño y este invierno. El «nuevo chic» y el hecho de que de noche se vuelva a salir, «hace que el negro tenga presencia fuerte», dice Bangert. Pero, al contrario de antes, no aparece solo. Los atuendos enteramente negros pertenecen al pasado. «Ahora se ve el negro muchas veces mezclado con colores», dice Roetzel.
En general, siguen vigentes los tonos naturales del verano, aunque en «matices más oscuros», sostiene Bangert. O sea, «tonos marrones, terrosos, verdes oscuros». El azul tan habitual entre los hombres tendrá así fuertes alternativas.
Vuelven los pantalones de pierna ancha
Pero quien ante tanta elegancia tenga ganas de volver rápidamente al jogging, puede estar tranquilo. Los cortes seguirán siendo relajados. E incluso lo serán aún más. La silueta amplia sigue siendo tendencia. Las chaquetas de pluma voluminosas estarán de moda este invierno al igual que los pantalones de pierna ancha, a veces con pliegues de colores, según Roetzel.
Quien no se atreva con las piernas bien anchas, estará bien con uno «tapered». Estos pantalones, «que son sueltos sobre todo arriba y se van estrechando hacia abajo», ya estaban presentes en el verano y, según Bangert, también esta temporada permanecerán.
Esta temporada otoño-invierno, el hombre guardará su monedero, su teléfono móvil y demás en pequeños bolsos de hombro, tipo bandolera, que cada vez más sustituyen a la riñonera, según Roetzel.
Para mantener a temperatura adecuada la cabeza, recurrirá a una pieza que ya causó sensación en el verano: el bucket hat con ala, conocido como gorro de pescador, se impuso en un frente amplio. Para el invierno viene en telas más gruesas o impermeables, incluso de lana.
Por Jessica Kliem (dpa)