(dpa) – ¿Cómo se viste usted en invierno? ¿De forma abrigada, confortable y con colores apagados? En esos días grises de invierno, a menudo, se ve a muchas personas vestidas de la misma manera. La consigna parece que fuera llevar colores oscuros y poco llamativos. Pero esto podría cambiar esta temporada.

En las colecciones nuevas, las prendas son muy coloridas, lo que en general solo ocurre en las épocas más cálidas del año o en la moda deportiva. Anaranjado furioso, amarillo limón, rojo fuego, rosa Barbie, azul cielo, verde hierba: cada color se encuentra en su tono más brillante, más potente. Entre ellos, también los neón.
«Una pirotecnia de colores», lo describe la estilista y asesora de colores Sylvia Ebner. «Eso es muy poco habitual para nuestra moda invernal y es genial».
Colores para combatir el estrés
Carl Tillessen, analista de tendencias del Instituto de la Moda de Alemania, dice que la necesidad de color no debe sorprender en esta época. Y es que un color no es solo un color. En época de pandemia, en la que muchos se sienten desestabilizados, sirven para regular el humor.
Además, los colores alegres apuntan bien conscientemente a levantar el ánimo, a generar alegría. Eso se llama «dopamin dressing».
La psicología de la moda parte de la base de que vestirse con determinados colores, estampados y estilos logra crear expectativas positivas y eso produce en nosotros dopamina, la hormona de la motivación y la felicidad.
Por eso, los colores fuertes se encuentran sobre todo en las prendas de vestir para ocasiones especiales, para salir. O sea, lejos de la vida cotidiana, con sus crisis energéticas y financieras, con la pandemia que aún continúa. Más bien para cuando cargamos las pilas a través de ocasiones especiales y, al menos por un rato, recuperamos nuestra vida anterior a la pandemia.
En los «colores chillones vemos esa demanda acumulada, ese hambre de vida, ese salir, lo extrovertido», señala Tillessen. Eso contrasta con la vestimenta de la vida cotidiana. «El look cómodo es más sobrio en los colores. Irradia una especie de desaceleración y apaciguamiento, una introspección y una atención que recuperamos en el confinamiento», agrega.
Las telas de la vestimenta diaria a menudo parecen ni haber sido teñidas. Es decir, «algodón en ese blanco crudo natural o lana también en blanco», comenta Tillessen. Junto a ello, en las colecciones de las grandes marcas de moda se ve mucho gris, marrón, beige y verde oliva y, lógicamente, el clásico negro.
Pero tan estricta no es la división entre ropa para salir y ropa para la vida diaria con sus correspondientes colores en los armarios de la mayoría. Y es que los colores llamativos se combinan bien con tonos más moderados, y por eso también se ven muy bien en el día a día.
La combinación de colores busca expresar «fuerza y alegría de vivir» y así, además, volverse otra vez visible uno mismo, explica Ebner. Al mismo tiempo, con los tonos más decentes, se suma elegancia al atuendo.
Y para el asesor de moda Andreas Rose, también «frescura», por ejemplo, «si se lleva algo muy llamativo en amarillo o anaranjado con un básico clásico en blanco, negro o gris».
¿No le alcanza? Entonces queda el consejo de Rose: combinar una pieza de colores intensos con otra de la misma familia de colores. «Un verde brillante con su respectivo matiz pastel, como un verde eucalipto, o un rojo furioso con un rosado suave».
Por cierto: tratándose de colores tan intensos, es mejor para el atuendo si las prendas no llaman demasiado la atención con sus cortes. Quien quiera seguir la tendencia pero es, sin embargo, más bien un tipo moderado, puede llevar los colores más vivos en la parte inferior del cuerpo.
Por Simone Andrea Mayer (dpa)