(dpa) – Una remota estación de montaña puede parecer un buen lugar como cualquier otro para escapar de la propagación del coronavirus, pero las estaciones de esquí se ven golpeadas tan duramente como otras áreas del turismo.
Todos los centros de esquí del Tirol, una región turística clave de Austria, acabaron anticipadamente su temporada de invierno el 16 de marzo, por orden de las autoridades provinciales de Innsbruck. La medida se tomó en medio de los esfuerzos en el país centroeuropeo para frenar la propagación del coronavirus.
Aunque las pistas se cerraron el fin de semana del 21 y 22 de marzo, los hoteles permanecieron abiertos hasta el lunes 23 para que facilitar un regreso ordenado a casa de los huéspedes.
«No ha sido una decisión fácil, pero nos hacemos responsables de todos los tiroleses y de todos los que se alojan en el Tirol», afirmó en un comunicado el gobernador de la provincia, Günther Platter.
En la anterior temporada de invierno 2018/19, el Tirol acogió a 6,2 millones de visitantes, que gastaron casi 2.000 millones de dólares en alojamientos turísticos.
Austria también ha cerrado numerosos otros sitios turísticos y ha prohibido las reuniones de más de 100 personas.
En numerosos países, sin embargo, se han cancelado diversos campeonatos relacionados con este deporte de invierno.