Alemania marcó un hito el pasado 1 de abril de 2024 al legalizar el consumo recreativo de cannabis, una decisión que divide opiniones entre el entusiasmo de algunos sectores y la preocupación de otros. La nueva legislación permite a los mayores de 18 años poseer hasta 25 gramos de marihuana en la vía pública y cultivar hasta tres plantas en casa, simbolizando un cambio significativo en la política de drogas del país.
La noche anterior a la entrada en vigor de la ley, alrededor de mil 500 personas se congregaron frente a la Puerta de Brandeburgo en Berlín, celebrando entre volutas de humo el comienzo de una nueva era. Activistas de larga data, expresaron su alegría por lo que consideran un paso hacia la libertad y el fin de la criminalización de millones en Alemania. La medida de legalizar el uso recreativo del cannabis había sido aprobado por el parlamento en febrero de 2024.
Con esta medida, Alemania se une a Malta y Luxemburgo en la lista de países europeos que adoptaron una postura más permisiva hacia el cannabis, contrastando con la tendencia más restrictiva de lugares como Holanda. A pesar de la legalización, los consumidores deberán esperar hasta julio para adquirir marihuana de forma legal en los denominados «clubes sociales de cannabis», los cuales tienen un límite de 500 miembros y pueden distribuir hasta 50 gramos por mes a cada uno.
El Gobierno alemán, liderado por el canciller socialdemócrata Olaf Scholz, defiende que la legalización contribuirá a combatir el tráfico de drogas de manera más efectiva. El ministro de Salud, Karl Lauterbach, destacó en la red X que sacar el cannabis de la zona tabú es un paso adelante para la asistencia a toxicómanos, la prevención en jóvenes y la lucha contra el mercado negro.
Sin embargo, la legalización ha suscitado preocupaciones sobre un posible aumento del consumo entre los jóvenes. Expertos advierten que el cannabis puede afectar el desarrollo del sistema nervioso central en menores de 25 años, incrementando el riesgo de problemas psiquiátricos. Además, voces como la de Katja Seidel, terapeuta en un centro de adicciones, califican la ley de «desastre» por su potencial impacto negativo en la juventud.
Aunque la iniciativa es un cambio notable en la política sobre drogas de Alemania, está claro que el debate sobre sus efectos a largo plazo está lejos de concluir. Con medidas de prevención y una campaña informativa prometida por el Gobierno, el futuro de la legalización del cannabis en Alemania y su impacto en la sociedad serán observados de cerca tanto por partidarios como por críticos.
Por Francisco Vicario / NotiPress