El Ministerio de Turismo tunecino ha asegurado este lunes que la cifra de extranjeros que han visitado el país en la primera mitad de 2016 ha descendido un 21,5 por ciento con respecto a 2015, especialmente a causa de la violencia extremista.
Los datos se conocen un día después del primer aniversario del ataque terrorista llevado a cabo por un islamista que se cobró la vida de 38 personas, en la playa de Susa, la mayoría de las cuales fueron turistas británicos.
El atentado se produjo tres meses después de otro ataque terrorista en el Museo Nacional de Bardo que se saldó con 21 víctimas. La violencia extremista ha afectado de manera notable a la industria turística del país, la cual supone un ocho por ciento de los ingresos del país. Ambos ataques fueron reclamados por el Estado Islámico.
Los datos publicados por el Ministerio del Turismo han mostrado que el número de visitantes extranjeros en la primera mitad de año ha descendido un 21,5 por ciento con respecto al año pasado, lo que se traduce en un descenso de 2,32 millones a 1,82 millones de turistas. En el caso de los turistas británicos, el número de visitantes ha descendido drásticamente de 190.000 a 8.000.
El turismo en Túnez es clave para atraer el capital extranjero, y propiciar la creación de empleos, especialmente después de la caída de Zine El Abidine Ben Ali que se produjo en 2011 y que supuso la llegada de la democracia al país.
A finales del año pasado, la llegada de turistas descendió a 5,5 millones, la cifra más baja en décadas, después de que varias compañías de viajes europeas se vieran obligadas a suspender sus servicios en el país africano a causa de la violencia.
La ministra de Turismo tunecina, Salma Elloumi Rekik, ha declarado que el país esperaba atraer a un total de 5,5 millones turistas este año, la misma cifra que el mes pasado, después de haber aumentado la seguridad en los hoteles y haber abierto nuevos mercados.