La Agencia Europea de Seguridad Aérea (AESA) ha presentado un plan de acción este martes para poner en marcha las recomendaciones para mejorar la seguridad aérea a raíz de la tragedia del vuelo 9525 de Germanwings cuando el copiloto, que sufría problemas psicológicos, estrelló el aparato en los Alpes franceses con 150 personas a bordo en marzo.
La AESA presentó seis recomendaciones el pasado mes de julio para tratar de impedir que una tragedia así volviera a repetirse, entre ellos la recomendación de que haya siempre dos miembros de la tripulación en la cabina, por razones de seguridad y la formación del personal de cabina para mitigar cualquier riesgo asociado a un incidente similar.
Para poner en marcha esta recomendación, la AESA recogerá y analizará datos y presentará un informe en junio de 2016 y una decisión sobre la vía de llevarla a cabo.
En función del resultado, desarrollará o modificará directrices y promoverá un enfoque común para aplicar el resto de recomendaciones relativas a la evaluación psicológica de los pilotos, un programa aleatorio para hacer pruebas para detectar el uso de alcohol y drogas y los sistemas de apoyo a pilotos.
El grupo de expertos creado por la Comisión a raíz del incidente y liderado por la propia AESA recomendó que los pilotos fueran sometidos a una evaluación médica como parte de su formación o antes de entrar a trabajar y que la aerolínea verifique si ésta es satisfactoria y también un programa de control de drogas y alcohol de los pilotos aleatorio y reforzar la parte psicológica del examen, así como un programa de control de los examinadores aeromédicos, para lo que preparará una guía.
BASE DE DATOS AEROMÉDICOS EUROPEO.
En el marco del plan de acción la EASA organizará un taller de salud médica de los pilotos para abordar la aplicación de las recomendaciones antes de final de año y con la participación de organizaciones como la Asociación Internacional del Transporte Aéreo (IATA), la Federación Internacional de la Asociación de Pilotos de Aerolíneas (IFALPA) y la Asociación Europea de Personal de Cabina (ECA) entre otras, así como expertos médicos que ofrecen formación y examinadores aeromédicos y se elaborará un documento sobre «direcciones propuestas» para aplicar las recomendaciones en consultación con las partes afectadas.
La EASA también baraja en el plan de acción publicar «directivas operativas» en el primer trimestre de 2016 tras recibir las opiniones de las partes interesadas y cubrirán los principales elementos para ofrecer a los operadores y las autoridades de aviación nacionales «información valiosa» sobre cómo aplicar las recomendaciones «de manera proactiva».
También contempla el objetivo de poner en marcha una base de datos de aeromédicos europeos como primer paso para facilitar el intercambio de información aeromédica y combatir el problema de pilotos no certificados como aptos de cara a poner en marcha un sistema informático en diciembre de 2016.