Sao Paulo, 29 ene (EFE).- Fascinados por el poder de la tecnología, 8.000 «geeks» se concentran desde el pasado lunes en la Campus Party de Sao Paulo, un evento cargado de megas y que incluye un espacio para que las «startups» brasileñas puedan encontrar financiación.
Zapatos a domicilio, aplicaciones para buscar aparcamiento en la ciudad con más tránsito de América del Sur o códigos QR para identificar las mascotas son algunas de las ideas que desde hace varios días conviven en la conocida como «Ciudad de la tecnología».
Aunque las propuestas divergen entre sí, sus creadores no sólo comparten espacio, sino también una serie de características propias de una nueva generación de emprendedores: jóvenes, amantes de la tecnología y con una gran capacidad de innovación.
«Tenemos una opción que es la ‘happy box’, donde entregamos una caja con nueve pares de zapatos. La persona tiene 24 horas para probárselos en casa con tranquilidad, nosotros después los recogemos, se queda los que quiere, y devuelve los otros», explicó la brasileña Cintia Macedo a Efe.
Letícia Passarelli, por su parte, es fundadora de «Let’s Park», una herramienta con la que los conductores pueden encontrar mientras circulan los aparcamientos más próximos, su precio y sus horarios de apertura y cierre.
«La persona tiene acceso a todos los estacionamientos que están alrededor de ella, lo que le permite realizar la mejor selección», comentó Passarelli, quien precisó que en un mes la aplicación fue descargada en todo Brasil y que en poco tiempo viajará a Europa.
Sin embargo, la principal atracción de los «campuseros» continúa siendo el espacio dedicado a la cibernética y los videojuegos, un área donde miles de jóvenes, y no tan jóvenes, sedientos de tecnología buscan las últimas novedades en el sector a través del intercambio de información.
Allí, tres generaciones de Ferreira -abuela, hijo y nieto- comparten mesa y tiempo en el «case modding», un término utilizado en el mundo de la informática y que hace referencia al cambio de chasis de los ordenadores y vídeojuegos.
«Para mí la Campus Party es una oportunidad fantástica de mostrar mi trabajo. Lo que hago es unir mis conocimientos para poder crear y dar vida a la robótica», explicó a Efe Alexandre Ferreira, quien participa desde la primera edición en Sao Paulo, en 2008.
Mientras Yolanda, la abuela, se encarga de ayudar a Alexandre y colabora en la construcción y manutención de los mecanismos, Rafaell, de seis años, disfruta viendo el trabajo de su padre y dirigiendo uno de los robots creados a su medida.
Para la construcción del Iron Man, un robot de grandes proporciones, réplica del conocido «Hombre de Hierro», Ferreira empleó casi dos años, un trabajo cuyo resultado puede contemplarse en los pasillos de la «Campus Party» e «inspirar» a otros «campuseros».
Además de los personajes digitales, una de las atracciones de esta séptima edición fue la presencia como conferenciante del líder de la banda británica Iron Maiden, Bruce Dickinson, quien contó a las nuevas generaciones de innovadores su experiencia como empresario en el área de la aviación.
Con miles de metros cuadrados a disposición de la tecnología, el centro también ofrece lugar para el descanso, ya que más de quince horas de trabajo diario, los «geeks» -del inglés, persona fascinada por la tecnología y la informática- buscan poder echar una cabezada entre descarga y descarga.
Alba Santandreu