Vigo, 1 sep (EFE).- El estrés, un ambiente laboral negativo y la insatisfacción por la labor profesional desempeñada agravan los síntomas del llamado síndrome postvacacional, según el psiquiatra Tiburcio Angosto, para quien, en todo caso, resulta exagerada tal denominación.
El doctor Angosto, del servicio de Psiquiatría del hospital Vithas Nuestra Señora de Fátima, aconseja tomar consciencia del «carácter pasajero» de las «molestias» aparejadas con el fin de las vacaciones y la vuelta al trabajo: irritabilidad, apatía, cansancio «inapropiado», insomnio y sensaciones de tristeza «inadecuada».
Por eso, rehuye de calificar este conjunto de síntomas, que no todas las personas experimentan, como un síndrome, ya que «lo realmente grave», afirma, sería no reparar en el tránsito entre una situación placentera, la vacacional, y otra más estresante, la laboral.
Recomienda una incorporación paulatina a la intensidad laboral y recuperar cuanto antes el ritmo sueño-vigilia de la cotidianeidad laboral, así como las actividades placenteras de ocio anteriores a las vacaciones.
En el caso de presentar síntomas más severos como «tristeza excesiva o ideas extrañas e inadecuadas», advierte de que con toda probabilidad no tengan que ver con la vuelta al trabajo tras las vacaciones, aunque coincidan en el tiempo.