
(dpa) – Las cámaras IP son cámaras de vídeo conectadas a redes LAN o WLAN y «envían sus imágenes a través de una infraestructura de red que ya utiliza ordenadores portátiles, teléfonos inteligentes y otros dispositivos para el acceso a la red y a Internet», explica Andrijan Möcker, de la revista especializada «c’t».
Muchos propietarios de viviendas tienen en ellas fundadas esperanzas como sistema de seguridad de sus casas.
Los consumidores pueden encontrar tres tipos de cámaras IP en el mercado.
Las cámaras IP locales permiten grabaciones que se guardan en un servidor de la red doméstica, una ventaja si Internet no funciona. Pero se debe hacer una revisión de la red local antes de la instalación, lo que puede suponer trabajo adicional, según Möcker.
Las llamadas cámaras IP en la nube almacenan sus grabaciones en un servidor de Internet, lo que a menudo obliga a tener una cuenta de pago. Los dispositivos pueden ser controlados a través de una app descargada en el smartphone o a través de un programa vía web.
Según Möcker, los usuarios que tienen menos experiencia técnica o que no quieren añadir un mando más a su vida doméstica son los que más se pueden beneficiar de los modelos IP en la nube.
Sin embargo, este tipo de cámaras IP tienen una desventaja: dependiendo de la calidad de video utilizada, se necesita un ancho de banda de conexión a Internet considerable en el momento de subir los ficheros, y éstos pueden perderse si la conexión se corta.
Algunos modelos de cámaras IP integran ambos modos y el usuario puede elegir uno u otro en función del uso de la cámara que desee.
Muchas cámaras IP también funcionan con tarjetas de memoria, SD o microSD, en las que se almacenan los vídeos. Es una alternativa para los usuarios que desconfíen de subir sus grabaciones a un servidor. Además, pueden funcionar sin conectarse a la red.
Los sensores de movimiento detectan animales y personas
Las cámaras IP suelen estar equipadas con sensores de movimiento, para lo cual emplean ondas electromagnéticas de alta frecuencia. En este caso se puede programar un escaneo del entorno en el que se ubique el dispositivo para que detecte objetos que sean una fuente de calor, como personas, animales o incluso vehículos.
«Se puede emplear una aplicación en el móvil para recibir un mensaje si se detecta un movimiento», explica Tim Metzger, del portal tecnológico «Netzwelt.de». Otra función muy útil es la de programar que la cámara se active cuando el usuario está ausente.
En el momento de la compra de una cámara IP, el usuario debe tener en cuenta ciertos aspectos, sobre todo en cuanto a calidad y uso.
Metzger avisa que el usuario debe tener claro que si la cámara IP está diseñada para su uso en exteriores, debe ser resistente a la intemperie y, por lo tanto, debe tener al menos un grado de protección IP65, un estándar que garantiza que la cámara resiste el polvo o chorros de agua desde cualquier ángulo.
Resolución HD y óptica de gran angular
Las cámaras IP deben ofrecer al menos una resolución HD y tener una óptica de gran angular de como mínimo 100 grados para cubrir el mayor entorno posible. Si además, queremos que pueda «ver» en la oscuridad, debe disponer de LEDs infrarrojos.
El usuario también debe asegurarse de que la cámara y su controlador permitan el uso de una contraseña. «Es importante cambiar la que proporciona el fabricante después de configurar la cámara por primera vez y siempre instalar el software más reciente», recomienda Metzger.
Cartel informativo para los visitantes
La Stiftung Warentest, una organización de consumidores alemana, aconseja a los particulares que vayan a instalar una cámara de vigilancia en su casa la colocación de un cartel de advertencia sobre el hecho de que los visitantes están siendo filmados.
Según la legislación de muchos países, por regla general, una cámara exterior solo puede ser instalada de modo que grabe únicamente la propia casa o propiedad.
La grabación doméstica que afecta por ejemplo al personal de limpieza también está sujeta a limitaciones legales, y solo está permitida en algunos casos excepcionales, o directamente prohibida.
Por Maximilian Konrad (dpa)