(dpa) – El diseño de los automóviles en los años 50 era pomposo y recargado a ambos lados del Atlántico, en Estados Unidos se le denominaba estilo alerón trasero. Hasta que Ford lanzó el Taunus 17M (P3).
En octubre de 1960 Ford presentó el nuevo modelo. Un vehículo destinado a la clase media, fabricado en la ciudad alemana de Colonia, en el que la pomposidad era sustituida por un diseño más práctico y sobrio.
Con pocas y precisas líneas, el nuevo Taunus marcó distancia con antiguos diseños como el habitáculo en forma de riñón.
Prescindió también de los tradicionales adornos en cromo laterales e incluso ocultó detrás de la matrícula la tapa del depósito de combustible, que anteriormente ocupaba un lugar prominente.
Con el nuevo estilo, denominado, «línea de la razón», el fabricante pasó a ocuparse de la eficiencia. De diseño liso y sin adornos, el coche era claramente más aerodinámico que cualquier otro accesible a la clase media en ese momento.
Ford anunció que el nuevo modelo era un 20 por ciento más económico que su predecesor, aceleraba mejor y alcanzaba una mayor velocidad máxima.
«Bañera Taunus»
Debido a su contorno redondeado, el vehículo fue en seguida apodado en Alemania «Bañera Taunus» («Badewanne»).
En los años 60, al igual que darse un baño en una bañera era un lujo que un trabajador medio podía darse como mucho una vez a la semana, el 17M pasó a ser el coche soñado de la clase media. Por unos 6.700 marcos alemanes, podía adquirirse lo que para muchos representaba una «limusina con dos puertas».
Después de todo, el interior brillaba de una manera completamente diferente al exterior, con mucho cromo, que, a diferencia de hoy en día, era de auténtico metal.
Con un salpicadero recubierto de plástico y el tapizado acolchonado rojo con gruesas franjas blancas de los asientos, se diría que uno se encontraba en un típico restaurante americano.
Interior espacioso, motores modestos
Aunque no contaba con características de los modelos modernos como elevalunas o el pequeño espejo «de maquillaje» para el copiloto, el Taunus de antes ofrecía algo difícil de encontrar hoy en día: amplitud.
Con 2,70 metros de distancia entre ejes y 4,45 metros de longitud, si bien apenas más grande que un Ford Focus, el interior de este vehículo ofrece mucho más espacio que el actual Mondeo, por no hablar de la mejor visibilidad.
Por otro lado, el motor de cuatro cilindros de este clásico de la colección de Ford puede calificarse de modesto.
El Taunus estuvo disponible en tres motorizaciones hasta que en 1964 cambió el modelo y pasó a los 1,7 litros con 55 kW/75 CV que alcanzaba algo más de 150 kilómetros por hora.
Con el motor de 1,5 litros, el vehículo genera solo 40kW/55CV y tarda más de 20 segundos en alcanzar los 100 kilómetros por hora, con una velocidad máxima de 136 kilómetros por hora.
Pero hoy en día un coche semejante no se quiere para ir rápido, aunque el chasis con eje rígido trasero con ballestas permita girar con rapidez, la dirección sea precisa y uno sepa manejar la caja de cambios de cuatro velocidades integrada en el volante.
Y es que, cualquiera que se ponga al volante de «Bañera Taunus» llegó a su destino antes de iniciar el viaje.
Por Thomas Geiger (dpa)