Katmandú (dpa) – Prakash Dhakhwa decidió regresar hace siete años a la casa de su infancia, en la histórica ciudad nepalí de Patan, famosa por sus templos y monumentos centenarios.
Solía dirigir un cibercafé en Katmandú pero con la llegada de los teléfonos inteligentes, el negocio se vio perjudicado. Así que, animado por unos amigos que habían hecho lo propio, decidió renovar su antigua casa familiar y convertirla en un hostal al estilo Bed&Breakfast.
Al igual que muchas otras casas de la ciudad de Patan, también llamada Lalitpur, la de Dhakhwa tiene unos cien años pero fue construida al estilo de la época medieval de la dinastía malla.
Para hacer el alojamiento más atractivo a los turistas, Dhakhwa trasladó la cocina del tercer al primer piso. Además, construyó una nueva escalera interior, quitó los antiguos escalones exteriores y en su lugar instaló balcones.
La recepción está amueblada con antigüedades como «sandooks» cajitas utilizadas para guardar bisutería y joyas. En otra sala, su madre, de 74 años, utiliza las tradicionales ollas de metal negras para elaborar raksi, un licor de arroz típico, que es ofrecido a las deidades en rituales y festividades religiosas. Los turistas están invitados a tomar parte en este tipo de actividades para facilitar su inmersión en la cultura local.
Dhakhwa explica que la remodelación de la casa de su infancia duró cinco años y costó cinco millones de rupias nepalíes (46.000 dólares). La idea era mantener el mayor número posible de detalles auténticos, asegura. Tras el esfuerzo, otorgó un nombre comercial al alojamiento: Casa Dhakhwa.
Los inicios de los establecimientos que ofrecen servicios de pernoctación y desayuno al estilo Bed&Breakfast en Nepal datan de 2006, cuando la casa Newa Chen, de 350 años de antigüedad, fue restaurada y convertida en un alojamiento turístico en Patan en el marco de un proyecto de la UNESCO.
Actualmente hay una docena de Bed&Breakfast en Patan, con precios que oscilan entre los 35 y los 80 dólares por noche.
«Viajar a Nepal y alojarse en un hotel de cinco estrellas supone perderse la auténtica experiencia local. Nosotros ofrecemos una ventana a nuestra comunidad y cultura con un competente grado de comodidad», dice Dhakhwa, de 54 años, cuyos antepasados comerciaban esculturas de metal en el Tíbet.
Los cinco miembros de la familia de Dhakhwa participan en el negocio. Su mujer Pramila, de 48 años, se ocupa de la cocina y de las tareas domésticas mientras que su hija de 23 años se asegura de que el establecimiento cumpla con los estándares turísticos internacionales.
Dhakhwa alquila las habitaciones de su casa a través de la agencia «Cosy Nepal» (Nepal acogedora), con base en Lalitpur. La firma fue fundada en 2013 por Jitendra Shrestha junto con dos empresarios franceses.
«Sabíamos que los turistas buscaban nuevos modos de pasar sus vacaciones. Aquí pueden integrarse en la vida diaria de los locales, por ejemplo, comenzar la jornada orando en el templo más cercano», afirma Shrestha, de 52 años.
«Cosy Nepal» cuenta con un total de diez alojamientos tradicionales. La empresa publicita las casas en plataformas digitales como Airbnb, Facebook e Instagram, y cobra una comisión del 25 por ciento a sus clientes.
En julio del año pasado, la revista estadounidense «Outside» incluyó a la familia Dhakhwa en su lista de mejores anfitriones de Airbnb.
Según Shrestha, la tendencia no sólo ayuda a preservar la tradición nepalesa sino que también revive el turismo del casco histórico de la ciudad. «La nuestra es una comunidad vibrante, con una vasta cultura», comenta. «Este modelo nos ayuda a conservar nuestra arquitectura y también a ganarnos el sustento», agrega.
Anil Chitrakar, un nepalí que trabaja en la conservación de edificios históricos, está de acuerdo en que se trata de buen modo de preservar el patrimonio local. «Si no podemos rentabilizar los edificios tradicionales, terminarán convirtiéndose en deuda. No existe apoyo financiero gubernamental y para las familias sería difícil correr con los gastos de mantenimiento», asegura.
Este tipo de hospedaje mantiene las características tradicionales de las casas y las combina con servicios modernos, mientras las plataformas digitales se hacen cargo del marketing. «Es la manera correcta de proceder si queremos preservar nuestra antigua cultura», sostiene Chitrakar. El modelo ya ha comenzado a extenderse a otras partes del valle de Katmandú.
«Traditional Homes» (casas tradicionales) es otra compañía local dedicada al alquiler de alojamientos. Comenzó en 2011 con la restauración de una casa de 70 años en Patan denominada Swotha. Su segundo proyecto es un edificio de 150 años que en su día alojó a músicos indios que amenizaban a la familia real.
En concreto, el hospedaje se encuentra cerca del antiguo Palacio Real de Narayanhiti. Las estancias proporcionan a los huéspedes la sensación de hallarse en una época pasada. Los dormitorios son luminosos y espaciosos, con ropa de cama almidonada, unos cuantos libros en las estanterías y algo de cerámica local. La estancia cuesta 150 dólares por noche e incluye traslados desde y hacia el aeropuerto.
Samun Bajracharya, gerente de Traditional Homes, señala: «Nuestra prioridad es ofrecer el máximo confort a nuestros clientes. Nunca modificamos la estructura de las casas. La autenticidad es clave en este tipo de negocio».
Por Deepak Adhikari (dpa)