(dpa) – Cinco años después de su primera aparición en el Salón del Automóvil de Ginebra, el desarrollo en serie del tercer prototipo del eléctrico Microlino entra en la recta final.
Con motivo del salón automovilístico alemán IAA Mobility, a celebrarse en septiembre en la ciudad de Múnich, la empresa suiza Microlino AG ha anunciado el estreno y el lanzamiento de ventas de su pequeño vehículo para el tráfico urbano.
Inspirándose en el carismático y diminuto BMW Isetta de los años 50, los suizos han desarrollado su propia versión eléctrica para el tráfico urbano que, al igual que el original, es más ancho por delante que por detrás y al que se accede por una puerta en la parte delantera.
El ligero vehículo mide 2,50 metros de largo, 1,50 metros de ancho y pesa menos de 450 kilos sin batería. Según informa el fabricante, el Microlino ofrece espacio para dos personas y al menos una compra grande de supermercado.
Desde el primer prototipo hasta el modelo presente, el vehículo ha sido completamente revisado, especialmente en lo que respecta a la seguridad, y equipado con un chasis más confortable. Está previsto que las ventas y las entregas comiencen este año.
El Microlino está propulsado por un motor eléctrico de 20 kW que suministra potencia para una velocidad máxima de 90 km/h. La batería cuenta con una capacidad de hasta 14,4 kWh, que debería proporcionar electricidad para un máximo de 200 kilómetros.
Aunque se inspira en un clásico, el Microlino se apoya en la tecnología más moderna: los faros y la banda luminosa del frontal brillan con diodos LED, los instrumentos son digitales. Según el fabricante, una pantalla táctil sirve de elemento de control central.
A diferencia del Citroën Ami, que se puede conducir sin carné, el Microlino requiere un permiso de conducir convencional. Sin embargo, el coche no cumple con todos los estándares del mundo del automóvil: a su lanzamiento, sistemas de seguridad como los airbags y el control de estabilidad ESP ni siquiera están disponibles como equipamiento opcional.