Una lavandería es un lugar donde se limpia la ropa. Puede ser abierta al público. En este caso se llama lavandería autoservicio o lavandería self-service, pero puede pertenecer a una empresa especializada en el lavado industrial de las prendas: hablamos entonces de lavandería industrial, un lugar donde se puede blanquear y planchar la ropa. Las tintorerías proponen un servicio completo de mantenimiento textil: se puede limpiar (lavado acuoso, limpieza en seco), plancha y teñir las prendas.
Sean industriales o autoservicio, las lavanderías disponen de lavadoras y secadoras industriales de diferentes cargas. La carga permite distinguir una lavadora doméstica de una lavadora industrial: 5 a 7 kg para particulares, mientras que una lavadora industrial puede limpiar hasta 25 kg de prendas en una sola vez.
El éxito de las lavanderías autoservicio
El mercado de las lavanderías autoservicio está en crecimiento, especialmente en España. En una época donde la lavadora se ha democratizado, la demanda de los servicios de lavandería de autoservicio no para de aumentar.
¿Cómo explicar la multiplicación de las lavanderías?
Este éxito se puede explicar primero por la demanda: no todo el mundo tiene una lavadora, y algunas familias deciden lavar su ropa en lavanderías, ya sea para ganar tiempo o ahorrar dinero. Una lavandería permite lavar hasta 25 kg de ropa en poco tiempo, teniendo en cuenta la calidad profesional del lavado. Además, algunas piezas – como las sábanas – son demasiado grandes para ser lavadas en una máquina doméstica.
Si el mercado de las lavanderías está teniendo tan buenos resultados es porque abrir una lavandería es un comercio rentable que atrae a los inversores. La inversión inicial es relativamente baja, los costes fijos y variables razonables, no hay ningún gasto de personal, los riesgos de impagos son nulos y el ROI rápido. Es posible abrir una lavandería en franquicia, para reducir todavía más el riesgo financiero y empresarial.