(dpa) – La mirada felina fija al espectador, penetra en él, se instala. El excelente retrato «Look into my Eyes» de una pantera de Lars Beusker muestra de forma impresionante cómo se puede -y debería- fotografiar a los animales. Pero, ¿cómo se hace una buena foto de animales y qué hay que tener en cuenta?

Beusker es fotógrafo profesional y fue galardonado como «Nature Photographer of the Year 2023» (Fotógrafo de Naturaleza del Año 2023) en los International Photography Awards (Premios Internacionales de Fotografía). Retrata la vida salvaje exclusivamente en blanco y negro, a pesar de que los colores desempeñan un papel importante en la fotografía de la naturaleza.
Según Beusker, las personas crecen con los colores y deciden en milisegundos si lo que ven es armonioso o no. «Con la fotografía en blanco y negro no hay colores que distraigan la atención del sujeto, el ojo se centra exclusivamente en los animales», explica el fotógrafo alemán. «Esto aumenta la intensidad de la foto». Por eso recomienda a los fotógrafos aficionados que miren sus fotos en blanco y negro.
Al igual que en los retratos, la composición general es importante, es decir, el armado de la imagen, la exposición y la ambientación, dice Beusker. La luz a primera hora de la mañana y al atardecer colorea a los animales de forma más cálida. La luz lateral o en diagonal detrás de un animal hace que el paisaje parezca más estructurado y retrata al animal con más detalle.
«Me gustan mucho las fotos a contraluz», dice Lars Beusker. «Sin embargo, el fotógrafo tiene que aumentar la luminosidad en la zona del animal, de lo contrario quedará demasiado oscura». El flash y la luz artificial son tabú para él, ya que inquietan a los animales y crean un efecto inarmónico en la imagen.
Un solo animal resulta especialmente expresivo en la foto, pero las fotos de rebaños también quedan bien con la composición adecuada. «Si el fotógrafo consigue establecer contacto visual con el animal, la foto adquiere un alto nivel de intensidad. Esta conexión se refleja en la imagen y la hace emocionante», explica Beusker.
«Diez jirafas mirando al espectador tienen un efecto más intenso en la foto que una manada trotando», pone de ejemplo Beusker. Sin embargo, el contacto visual solo funciona con fotos tomadas de cerca.
El alemán Sascha Fonseca lleva fotografiando animales salvajes desde 2013 y ganó el premio «Wildlife Photographer of the Year 2022» (Fotógrafo de Fauna Salvaje del año 2022) del Museo de Historia Natural de Londres. Este fotógrafo aficionado no tiene formación tradicional y aprendió fotografía de forma autodidacta. Ha viajado a más de 20 países africanos, así como a China, Rusia, la Antártida y la India, siempre en busca de extraordinarias fotos de animales.
Muchas de sus fotos las toma con la ayuda de cámaras trampa de alta resolución con objetivo gran angular y flash externo opcional, que utiliza para fotografiar tigres siberianos en la taiga rusa o leopardos de las nieves en el Himalaya indio.
«Estos grandes felinos casi solo pueden fotografiarse en libertad con cámaras trampa porque son tímidos, peligrosos y principalmente nocturnos, además de vivir en zonas muy remotas», explica Fonseca. Prefiere hacer primeros planos de los animales desde una perspectiva gran angular. Esto permite captar el paisaje en el que vive el animal.
Además de aspectos técnicos como el enfoque, la exposición y la composición, Fonseca cree que la creatividad y una perspectiva fresca son los aspectos más importantes de la fotografía de animales. «Una buena foto de animales crea una emoción espontánea». Es cautivadora o asombrosa, bella, divertida, triste o transmite un mensaje determinado, describe el fotógrafo.
«Lo ideal es que conecte emocionalmente al espectador con el animal salvaje y contribuya así a la protección de la fauna», espera.
Fonseca aconseja a los recién llegados que simplemente empiecen sin reservas: «Cada fotógrafo tiene que encontrar su propia creatividad y hacer lo que le interesa y lo que le gusta», dice el fotógrafo autodidacta.
Ya sea con una cámara digital o con un smartphone: «El usuario debe ser capaz de controlar su dispositivo y saber lo que puede hacer, de modo que también pueda manejarlo manualmente para conseguir los mejores resultados».
Si está disponible, suele ser útil el modo Live de los móviles, en el que la cámara también graba unos segundos antes y después de soltar el obturador para poder seleccionar después la mejor foto.
Beusker aconseja a quienes posean un smartphone con zoom óptico que no hagan zoom con los dedos, sino que utilicen la cuadrícula de aumentos preestablecida. Así se obtienen mejores resultados.
Para retratos de animales, Beusker suele recomendar una cámara digital con el zoom más rápido posible. Un monopié ayuda en las sesiones fotográficas largas.
Y ya sea cámara o smartphone, si el dispositivo en cuestión admite el formato RAW y así se configura, las fotos pueden optimizarse posteriormente en programas de edición de imágenes, por ejemplo en aspectos como la exposición o el contraste. Estos cambios pueden mejorar una buena foto para que cautive aún más a los espectadores.
Por Fabian Hoberg (dpa)