(dpa) – Los detectores de humo no deben colgarse en cualquier lugar del techo, porque también necesitan contar con espacio suficiente para poder registrar un incendio.
Con su tono penetrante, los detectores de humo incluso deben poder despertar a las personas de su sueño más profundo en caso de emergencia. Cuando se trata de incendios en casas y edificios, se convierten en un factor crucial que puede salvar vidas.
Sin embargo, para que estos dispositivos puedan cumplir esta función decisiva, deben estar ubicados en el sitio correcto. Los expertos brindan algunos consejos:
Lugares en la casa:
La ley de numerosos países prescribe que debe haber detectores de humo en dormitorios, habitaciones infantiles y en el área de las salidas de emergencia, o sea en los pasillos que conducen a las escaleras o a la puerta de entrada.
En algunos casos, la regulación prevé que todas las potenciales salas de estar deben contar con este equipamiento de advertencia, entre ellos, el salón o living.
En un cuarto normal:
Los detectores de humo deben «fijarse de manera preferentemente central en el techo de la habitación y a una distancia clara de las paredes y las esquinas», comenta Reiner Metzger, de la organización alemana de protección al consumidor y evaluación de productos Stiftung Warentest. Esta distancia debe ser de al menos medio metro y, en caso óptimo, de un metro.
En caso de que la distancia a elementos de la pared o del techo, pero también a lámparas, sea demasiado escasa, entonces el aire no puede circular bien en torno al aparato, por lo que el humo tampoco llegará lo antes posible a los sensores.
La circulación es también la razón por la cual, según el Foro germano de Prevención de Incendios, el detector de humo no debe colocarse cerca de los conductos de ventilación o donde se produzcan fuertes corrientes de aire.
Esto se debe a que el humo se desplazaría primero en esa dirección, en lugar de activar la alarma directamente.
La instalación también puede convertirse en un problema: «Vemos una y otra vez que los detectores de humo se fijan correctamente al principio, pero en algún momento se tapan con armarios o una estantería», dice Reiner Metzger. «Pero los dispositivos deben permanecer libres».
En habitaciones muy grandes o con muebles divisorios:
«Un detector de humo fijado en el centro del techo cubre de manera segura una habitación de hasta 60 metros cuadrados», apunta Norbert Schaaf, del Foro de Prevención de Incendios.
Por lo tanto, los cuartos que son más grandes, pero también las habitaciones con estantes hasta el techo o divididas con muebles, necesitarán varios detectores de humo.
En cuartos muy altos y áticos:
Los cuartos de gran altura son problemáticos. Según puntualiza Schaaf, estos equipos están preparados para un techo de una altura de hasta seis metros, pero en algunos lofts o pabellones esto no es suficiente.
La razón es un fenómeno atribuible a la física: «En cualquier habitación, el aire caliente sube hasta el techo y forma allí un colchón invisible de calor», explica el experto en protección de incendios.
En los cuartos de gran altura, este colchón de aire es tan grueso que el humo no puede atravesarlo ni alcanzar los equipamientos de advertencia montados en la parte superior. Por esa razón, los detectores de humo deben ser montados allí sobre varas que cuelguen del techo más abajo hacia la habitación.
El mismo fenómeno se produce en las habitaciones con frontones abiertos bajo techo. También en este caso, el detector de humo no debe fijarse demasiado alto. El Foro de Prevención de Incendios aconseja una distancia hasta la cima de medio a un metro.
Y depende de la inclinación del techo: según los expertos, si la pendiente es leve, el detector de humo puede fijarse directamente a esa pendiente. Sin embargo, si la pendiente es superior a 20 grados, el dispositivo debe suspenderse en posición horizontal mediante diversos soportes.
Las habitaciones con techos inclinados y una sección central horizontal de al menos un metro son una excepción, y allí es exactamente donde debe colocarse el detector de humo.
En cocina y baño:
Los detectores de humo no son adecuados para los cuartos de baño, porque allí el vapor de agua dispararía falsas alarmas una y otra vez. «Pero el riesgo de incendio aquí también es bajo», apunta Metzger.
Distinto es el caso de la cocina, un lugar potencialmente peligroso. También aquí los detectores de humo llegan a sus límite, dice el experto en productos Metzger: «Se dispararían con apenas levantar la tapa de la olla o abrir el horno caliente». Por lo tanto, los detectores de calor o una alarma de cocina son la mejor opción para salvar vidas.
Por Markus Peters (dpa)