La moda es una de las industrias que mueve al mundo. Uno de los hechos que muestra esta realidad es que numerosos países en vías de crecimiento tienen en el sector textil uno de los grandes sectores que mueve su economía, aunque este tema siempre está cuestionado, por la relajación de los derechos laborales, las supuestas jornadas abusivas, los bajos salarios y la deslocalización de la actividad laboral, que supone un enriquecimiento para las empresas de moda y que a opinión de buena parte de la población es injusto y abusivo.
En cualquier caso, los índices macroeconómicos de muchos de estos territorios crecen en parte gracias a la industria de la moda y las posibles injusticias o actos de explotación son responsabilidad compartida de todos los actores que participan en la industria de la moda, desde las grandes empresas hasta los consumidores finales, aunque cada uno debe asumir su responsabilidad, que no es igual en todos los casos.
Para que la moda funcione es fundamental que se den varios supuestos. El primero de ellos es algo básico, la moda siempre es cíclica, pues es la forma de seguir produciendo. Si la moda no fuera algo que va y viene, todas las personas que sienten afición por esta industria no necesitarían estar constantemente cambiando de modelos o prendas.
Además, muchos diseñadores y profesionles del mundo de la moda entienden esta industria como una forma de arte, de ahí que en muchas colecciones veamos lo que, a priori, son prendas poco «ponibles», pero que posteriormente van remodelándose o sirviendo como influencia para la ropa que ya sí sale al mercado.
La relación tan directa entre la moda y la imagen personal
En la actualidad, que vivimos en una sociedad influenciada, y usamos esa palabra de manera consciente, totalmente por la imagen estética y por la percepción que tienen los demás de nosotros mismos, la moda y la imagen personal van muy de la mano.
Fruto de esta relación se observan fenómenos como el de las «it girls» o «influencers», que han existidos siempre pero que en la actualidad están más al día que nunca, hasta el punto que muchas jóvenes sueñan con ser «influencers» en el futuro, es decir, generar ingresos a partir de su imagen y su figura pública, mediante la moda o la publicidad.
Esto puede tener algunas consecuencias, especialmente en las mujeres, que son quienes más presión sienten sobre la imagen que dan al mundo de ellas mismas. Esto está potenciado porque seguimos viviendo en una sociedad muy machista, en el que muchos se creen con derecho a cuestionar el cuerpo de las mujeres.
A diario vemos en prensa titulares en los que se cosifica el cuerpo de las mujeres y no se hace con el de los hombres. Esto lleva a establecer cánones generalizados de belleza en los que las mujeres, para ser socialmente aceptadas, deben cumplir esos requisitos.
Uno de ellos tiene que ver con la presencia de vello facial, aunque poco a poco son más celebrities las que se oponen a esta práctica, todavía son muchas mujeres las que sienten complejo por llevar vello, o bien, deciden no llevarlo por decisión propia.
La clave está en esa idea, respetar la decisión de las mujeres y no juzgarlas por su comportamiento, pues cada persona es libre de hacer con su imagen lo que desee. En caso de optar por la depilación, Depiladoras.ninja es una web con comparativas de depiladoras que puede resultar de gran utilidad.
El aspecto social y psicológico del ser humano necesita sentirse aceptado e integrado en un grupo, de ahí que muchos nos dejemos influenciar por los cánones de imagen establecidos.
Los básicos, las prendas que no pueden faltar en el fondo de armario
Si bien es cierto que la moda necesita reinventarse continuamente y de ahí esa máxima en la que se habla de que es una industria cíclica, porque de manera frecuente aparecen nuevamente en el mercado estilos o prendas que parecían olvidadas, no es menos cierto que la clave del buen estilo está asentada en una buena selección de prendas básicas.
Las prendas básicas son aquellas que son atemporales, que no caen en el olvido en ninguna temporada y que siempre son aceptadas en cualquier ocasión. Así, algunas prendas básicas que no pueden faltar en el armario de cualquier mujer son: camisas o blusas blancas, un buen blazer, una chaqueta de cuero, un vestido negro y unos jeans.
Se trata de prendas que son combinables con todo tipo de looks y que se ajustan bien a cualquier época del año. En invierno, si queremos lucir más elegantes, y aunque suponga un esfuerzo económico alto, otro básico irrenunciable es un abrigo de visón.
Los abrigos de vison han dejado de ser esa prenda olvidada en el armario y pueden convertirse en una prenda actual y muy moderna. En Javier Hernández son expertos en peletería y abrigos de visón y saben sacar todo el partido a esta prenda para que las mujeres disfruten de ella y, sobre todo, se resguarden del frío. Los abrigos de visón en la actualidad tienen cortes más actuales y juveniles que permiten que cualquier mujer los luzca sintiéndose cómoda.
La moda como sinónimo de comodidad
Otra gran revolución que está viviendo el mundo de la moda es su viraje cada vez más definitivo hacia la comodidad. En este aspecto nuevamente son las mujeres quienes más han sufrido a lo largo de la historia este problema.
Un buen ejemplo son los zapatos de tacón, de los que siempre se ha dicho que estilizan el cuerpo de la mujer, y de eso no cabe duda, pero es igualmente cierto que causan problemas y molestias a la hora de caminar.
La moda, y lo vemos en las pasarelas, no se reduce exclusivamente a las colecciones de alta costura, sino que hay también una moda más de temporada, de la calle, más «casual».
En mochilas kanken, las preferidas de los influencers, apuestan de manera decidida por esta idea, que los complementos sean cómodos y funcionales, y por supuesto, de calidad y con buen aspecto estético. En la web podemos encontrar una mochila kanken para diferentes usos, destacando por encima de todas la kanken classic, el que más tiempo lleva en el mercado y que ha permitido a la marca sueca situarse como referente del sector.