(dpa) – El Gobierno alemán y la industria automotriz quieren promover la electromovilidad y aumentar las subvenciones para la compra de coches eléctricos.
Esto hará que los vehículos, aún aquellos que son relativamente caros, sean más asequibles. Sin embargo, hay que preguntarse si la compra de un auto eléctrico es una buena opción para cualquier persona.
«En general, puede ser la mejor alternativa para los automovilistas que mayormente conducen una misma distancia. Por ejemplo, los trabajadores que se desplazan a diario de su lugar de residencia a su trabajo», señala Sören Heinze, portavoz del Auto Club Europa (ACE).
Sin embargo, estos viajeros deben estar seguros de disponer de un punto de recarga fiable al inicio o al final del trayecto. Este puede ser tanto en la casa como en el trabajo, agrega el experto.
Si bien un vehículo híbrido enchufable se puede cargar con un simple enchufe, combina la motorización eléctrica con un motor de combustión.
De modo meramente eléctrico, los híbridos enchufables sólo pueden cubrir una distancia relativamente pequeña de unos 50 kilómetros. Para el resto del trayecto se pone en marcha el motor a gasolina.
Por lo tanto, según Heinze, este tipo de vehículo es adecuado para personas que también quieren recorrer distancias más largas o conducir en regiones donde no hay suficientes estaciones de recarga.
«Al contar con un segundo motor y un tanque adicional los conductores se sientem más seguros y desaparece la preocupación de no poder recargar el auto», asegura el experto.
Estos híbridos enchufables suelen ser más pesados debido a que equipan al menos dos motores. A menudo se utiliza esta tecnología en los SUV o coches de lujo.
«Se utiliza la energía eléctrica para apoyar a los motores de combustión», apunta Heinze. Según el portavoz de ACE, para los usuarios las consideraciones medioambientales suelen ocupar un segundo plano detrás del rendimiento deportivo.
¿Esto quiere decir que para los conductores de larga distancia los coches con motores diésel o de gasolina son más eficientes?
«Desde el punto de vista económico quizás sí, técnicamente no», asegura Heinze.
«Aún estamos en una fase de transición, en la que una persona de negocios que viaja mucho y no tiene que entrar a las grandes ciudades con restricciones de tránsito, probablemente siga optando por un motor diésel», destaca el experto de ACE.
Heinze estima, sin embargo, que a medida que se vayan ampliando las redes de carga, se volverá más atractiva la movilidad eléctrica y los autos.
«Por este motivo, también exigimos que se instalen cada vez más puntos de recarga». Y, por supuesto, la energía tendría que provenir de fuentes renovables y las baterías tendrían que ser producidas «de forma sostenible y correcta», enfatiza el especialista en tránsito europeo.
Por Peter Löschinger (dpa)