(dpa) – Televisión y electrodomésticos inteligentes, películas y música en streaming, juegos en línea y además home office: cada vez más aparatos están conectados en red en casa. Ya sea por trabajo o por ocio, cuando Internet falla genera una gran frustración.
«Son muchas las posibles causas de una conexión de Internet inestable en casa, pero a menudo se debe a la inadecuada distribución de la señal en las habitaciones», indica Ernst Ahlers de la revista especializada «c’t».
En concreto, la distribución de la señal a través de Wi-Fi a menudo hace que los teléfonos inteligentes, televisores o tabletas tengan acceso a un ancho de banda mucho menor de lo que en realidad ofrece la conexión a Internet.
«La conexión inalámbrica es cómoda pero el cable sigue siendo más efectivo», dice Ahlers.
Uno de los motivos es que la Wi-Fi es un medio compartido. Los usuarios comparten frecuencias con sus vecinos lo que inevitablemente provoca fluctuaciones de ancho de banda.
Por lo tanto, siempre que sea posible, los dispositivos fijos deben conectarse directamente al router a través de cables LAN, lo cual además alivia la carga de la Wi-Fi a favor de los dispositivos móviles, explica Ahlers.
Clave: ubicación del router
Otra causa de una señal débil puede ser la ubicación del router. Lo ideal es colocarlo a la altura de la cintura, por ejemplo en una estantería desde donde la señal pueda distribuirse bien, recomienda Ahlers.
Ubicar el router en el suelo o en un cajón es mucho menos efectivo, señala.
Las peculiaridades estructurales del hogar también pueden perjudicar la señal inalámbrica. «Un acuario, por ejemplo, obstaculiza la señal, así como las paredes con vigas o tuberías, explica el experto.
«Los vidrios templados de puertas y ventanas también dificultan la conexión», añade.
Por norma, cuando no encuentra obstáculos, un router Wi-Fi puede transmitir señales a una distancia de hasta 30 metros.
Si la calidad de la conexión es baja debido a motivos estructurales, los repetidores Wi-Fi pueden subsanar el problema.
Estos dispositivos captan la señal inalámbrica, la amplían con sus propias antenas y transmiten datos en ambas direcciones, del router a la zona de baja cobertura y de los dispositivos de ese área al router.
Si se trata de repetidores sencillos con un solo módulo para ambas direcciones, el caudal de datos se reducirá a la mitad.
Sistema de malla o «mesh»
Si la señal se va a distribuir en dos pisos o alturas es aconsejable ampliar la red, recomienda Ahlers.
Para ello es adecuado el denominado sistema de malla o» mesh», una red inalámbrica que consta de un router y como mínimo de un satélite o sistema de satélites que amplían el perímetro de cobertura.
El sistema de malla mantiene el mismo SSID -nombre de la Wi-Fi- y la misma contraseña, y es capaz de gestionar todos los dispositivos conectados a la red.
A diferencia de otros sistemas, los satélites no sólo se comunican con la estación base sino que también «hablan» entre sí, redirigiendo la conexión al satélite que ofrezca la ruta más corta y eficiente.
Así, por ejemplo, podremos caminar por la casa mientras hablamos por el móvil y el smartphone se conectará automáticamente a la señal más fuerte.
Dado que el sistema de malla está compuesto como mínimo por dos y a menudo tres módulos inalámbricos, para garantizar su compatibilidad, Ahlers recomienda que el router y los repetidores sean del mismo fabricante.
Adaptadores «Powerline»
Otra opción son los adaptadores de corriente eléctrica o «Powerline» que utilizan el cableado eléctrico existente en la casa o el edificio para transmitir la señal.
Esto puede ser útil si se quiere conectar a Internet un dispositivo en el sótano o en el ático.
«El punto débil de esta opción es el sistema de alimentación, muy ramificado, con una señal susceptible a interferencias», señala Ahlers.
Además, en un edificio de apartamentos los usuarios de «Powerline» comparten la línea eléctrica– y el posible ancho de banda – con todos los vecinos que también lo usan.
Para un mejor funcionamiento, estos adaptadores deben fijarse directamente a las tomas de corriente de la pared, no a las regletas de enchufes.
Pero si lo que se quiere es garantizar una cobertura óptima en todos los rincones de la casa, lo ideal, según Ahlers, son los cables de transmisión de datos CAT5e y CAT6 que permiten anchos de banda superiores a un gigabit.
Por su parte, los cables de fibra óptica no son adecuados para el cableado doméstico, básicamente porque son mucho más sensibles a la manipulación.
¿Y si uno no se atreve a instalar por sí mismo el cableado? «Cuando se trata de la instalación de cables, lo mejor es contactar con técnicos eléctricos especializados», concluye el experto.
Por Claudius Lüder (dpa)