(dpa) – Colgar un cuadro no es difícil. En teoría. Pero hay que integrarlo al espacio. Y eso ya es más complicado. «Hay muchas cosas que se pueden hacer mal», dice la diseñadora Katharina Semling. «Muchas veces a la gente le gustan determinadas imágenes y las cuelgan donde hay espacio. Pero eso en general no queda para nada bien».
Todo comienza con la elección del lugar adecuado. No toda obra va bien con cualquier lugar. «¿De qué me sirve colgar mi grabado de gran calidad sobre la mesa del comedor si muestra una escena de horror?», ejemplifica la arquitecta de interiores Ines Wrusch.
Todo tiene que combinar desde el estilo. Los muebles y las imágenes deberían armonizar, dice Semling. Una imagen barroca puede colgar en un espacio moderno. Pero entonces ese contrapunto debe ser consciente.
La altura correcta depende de aquella desde la cual se mira la obra, explica Felix Becker de la Asociación Alemana de Arquitectos de Interior. Si se la ve al pasar, es mejor ubicarla a la altura de los ojos. «En cambio, si cuelga sobre la mesa del comedor, se recomienda colgarla más abajo, para no tener que torcer el cuello», añade.
Muchas veces los cuadros son ubicados en paredes coloridas. En esos casos, Becker siempre trabaja con paspartús. «Entonces el marco sirve como transición».
Hablando de marcos, siempre debería pegar más bien con el cuadro que con el entorno. «Un óleo viejo puede colgar sin problema en un entorno decorado de forma moderna. Es un contraste interesante. Pero en un marco sencillo quedaría fuera de lugar», señala Becker.
¿Qué conviene hacer cuando se trata de ubicar varios cuadros? Hay toda una serie de posibilidades:
TODO RECTO:
Fotos de igual tamaño son ubicadas en fila. A quien le guste lo recto, le vendrá bien. «Esa manera de ordenar las imágenes funciona también cuando las imágenes tienen algo que ver entre ellas, o sea, conforman una unidad», sostiene Becker.
LIBRE:
Si se trata de una colección de imágenes que no tiene relación, también se las puede colgar más libremente. «Pero también en esos casos queda bonito a veces formar pequeños grupos que tengan alguna vinculación», dice Becker. También está la alternativa de formar un círculo con pocas imágenes de gran formato en el medio y otras más pequeñas alrededor.
ESTILO PERTERSBURGO:
Es una manera especial de colgar cuadros. «Se combinan muchos cuadros variados y de diferentes formatos y marcos», dice Becker. Pero uno no debería hacerlo de manera totalmente anárquica. «Yo buscaría que se establezca alguna relación lateral, como para que los ojos puedan descansar un poco», recomienda Becker. Semling añade que las imágenes deberían situarse muy cerca una de otra de manera que «se pueda establecer un vínculo entre ellas».
BOARD:
Un tablero o board es la elección más apropiada cuando se trata de muchas imágenes pequeñas rectangulares y cuadradas.
GALERÍA:
A quien le guste ir cambiando sus cuadros le conviene trabajar con rieles de los que cuelgan las obras, como en una galería. «Pero hay que tener en cuenta que eso siempre tiene un toque profesional, por lo que no es apropiado para imágenes instantáneas», analiza Becker.
Por Jana Illhardt (dpa)