La tecnología se ha convertido en el centro neurálgico de la sociedad contemporánea. Diversos factores cotidianos se han visto influenciados por su desarrollo y aprovechar los últimos recursos de este ámbito es una prioridad que merece de nuestro mayor grado de atención. Una de las tareas más relevantes de los últimos años es la de velar por el estado del medio ambiente; implementando así políticas de sostenibilidad que nos ayuden a frenar el considerable desgaste que hemos ejercido en el planeta. Función en la que los novedosos coches eléctricos tienen mucho que decir y ya se han incorporado al mercado actual.
Coches eléctricos, el cambio que necesitamos
Los índices de contaminación en las grandes ciudades han llevado a los diferentes gobiernos a implementar medidas de sostenibilidad, frenando así los trascendentales daños en el medio ambiente. Los modelos de vehículos más antiguos cuentan con grandes restricciones que empujan a los ciudadanos a renovar sus coches, apostando así por aquellos de última generación que ya han demostrado su compromiso con el planeta. Los coches eléctricos son pioneros en esta materia y han entrado con fuerza al mercado actual.
Eso sí, una vez compramos el auto perfecto, hemos de poner atención en los elementos que necesitamos incorporar. Por suerte, portales de relevancia en el paradigma online tales como https://icargadorcocheelectrico.com disponen de toda la información que vamos a necesitar. Los tiempos han cambiado y de cara a aprovechar las últimas revoluciones del siglo XXI, es indispensable proceder con una fase de documentación previa; cambiando por completo lo que creíamos saber del sector de la automoción hasta la fecha. Hay mucho en juego y no podemos seguir posponiendo este cambio en nuestra vida.
Uno de los factores por los que muchas personas todavía no se atrevían a dar este salto en lo que a sostenibilidad se refiere, es el considerable aumento de precio que los coches eléctricos presentaban con respecto a los modelos tradicionales. No obstante, los costes se han ido reduciendo paulatinamente en la pasada década y hoy en día supone una inversión que podemos recuperar en un tiempo mucho menor. Porque los avances tecnológicos han fijado una meta en el cuidado del medio ambiente y cada vez son más las facilidades a las que accedemos en caso de comprar un tipo de vehículo de estas características.
A su vez, la autonomía es también uno de los temas de debate en lo referido a los coches eléctricos. Si bien es cierto que el precio de la electricidad es infinitamente menor que el de los combustibles fósiles, cabe destacar que hace unos años todavía era pronto para que dichos vehículos pudieran recorrer largas distancias. Esto ha cambiado gracias a los puntos de recarga que encontramos en la carretera, pudiendo cargar el coche en tan solo unos minutos y así seguir con la larga travesía. Eso sí, no podemos prescindir del cargador de coche eléctrico en el propio domicilio, garantizando que nuestro vehículo estará siempre listo para su conducción.
Cargadores eléctricos y puntos de carga particulares
Tal y como se ha mencionado previamente, resulta imprescindible conocer en profundidad todos y cada uno de los aspectos que van a influir en la eficiencia de nuestro coche eléctrico. Como no podía ser de otra manera, la carga del vehículo es el factor esencial en su conducción; algo que hemos de tener en consideración a la hora de implementar dichos sistemas en el propio hogar. Antes de entrar en detalle en los principales modelos de cargadores eléctricos, cabe destacar las diferentes opciones que tenemos en lo referido a los puntos de carga.
Los puntos de carga se pueden dividir en cuatro tipologías diferentes, en función de la velocidad que presentan: lenta, convencional, semi-rápida y rápida. Cada uno de dichos modelos de puntos de carga dispone de un precio que va en aumento; así como su propia eficiencia. Es decir, mientras que las cargas lentas están destinadas aquellos coches de menor capacidad, las rápidas pueden llenar la batería del vehículo en tan solo 30 minutos gracias a su potencia de 50 KW. Esto supone un amplio margen de decisión que nos permite adaptarnos siempre a nuestras propias condiciones económicas.
Ahora sí, en lo que concierne a los tipos de cables eléctricos, todo depende de la intensidad y velocidad de transmisión de los KW/h. El cable de conexión doméstico tipo Schuko está destinado a las cargas lentas, soportando una transmisión de 16A. Esto limita en gran medida las facilidades en el proceso, por lo que, en caso de querer combinar la carga lenta con otra rápida, lo mejor será comprar un cable eléctrico SAE J1772, Mennekes o CSS que van desde los 16A hasta los 80A y 63A respectivamente. Por otro lado, el cable SCAME dispone de una conexión única que presenta una intensidad de 32A, siendo ideal para los puntos de carga semi-rápida.
A pesar de que las cargas rápidas ya cumplen con creces nuestras expectativas de eficiencia, la tecnología nos ha vuelto a sorprender y ha lanzado al mercado la conocida como carga ultra-rápida. Proveniente de Japón, el conector Chademo alcanza una intensidad de hasta 200A, siendo una revolución trascendental destinada a cambiar por completo nuestra manera de pensar.
¿Dónde comprar los cables de conexión?
Una vez valorados los diferentes cables de conexión que existen, es el turno de seleccionar la tienda online en la que comprarlos. Portales como el anterior disponen del más extenso catálogo para que, bajo los estándares de efectividad que suponen las compras en la era digital, adquiramos los modelos correspondientes sin esfuerzo alguno.
Además del hecho de recibir el pedido en el propio domicilio, se ha de mencionar que el coste de dichos cables no suele ser el más económico. Por esta razón, hemos de apostar solo por aquellas tiendas online que presenten precios competitivos con los que ahorrar en la inversión. Una ventaja propia de nuestro tiempo que no podemos ignorar.
Está en nuestras manos tomar las riendas del futuro del planeta. El medio ambiente necesita un respiro y la tecnología ya ha puesto en marcha los sistemas adecuados para ofrecerlo. Un paso hacia el futuro prometedor que la naturaleza merece y en el que nuestra generación será pionera.