Vigo, 12 ene (EFE).- Son cuatro, al menos en lista oficial, los cementerios singulares de Galicia, y están enclavados en Lugo, en la provincia de A Coruña -San Amaro y Camariñas- y el último, en Cambados (Pontevedra), tras la reciente adhesión de Santa Mariña a una ruta europea con un aura de misticismo no apta para quienes no disfruten del llamado ‘necroturismo’.
La ‘Association of Significant Cemeteries of Europe’ (ASCE), a petición del Ayuntamiento de Cambados, ha incluido las Ruinas de Santa Mariña Dozo, del siglo XV, en su red de organizaciones públicas y privadas que velan por la preservación y la puesta en valor de los cementerios europeos para que sean considerados como se merecen dada su importancia histórica y artística.
Al unirse a esta asociación, Cambados se incorpora a la ruta europea de cementerios singulares, para dar a conocer y preservar este hermoso conjunto de Santa Mariña, monumento nacional desde 1943 y uno de los más bellos camposantos del mundo, tal y como lo reflejaron escritores de la talla de Otero Pedrayo o Álvaro Cunqueiro.
Precisamente, el pasado 2013 se cumplieron 70 años desde esta declaración, por lo que dicha conmemoración refuerza según el gobierno local la inclusión en esta red de auténticas joyas del patrimonio europeo, pasando a formar parte de este grupo «excepcional» al que pertenecen por ejemplo cementerios tan «impresionantes» como el de Las Catacumbas de Roma, el Père-Lachaise de París o el Zentralfriedhof de Viena.
Con la adhesión a esta ruta europea el municipio pontevedrés pretende conectar a investigadores, historiadores y profesionales de este tipo de patrimonio, difundiendo estudios y artículos sobre el mismo; contribuir a su puesta en valor y conocimiento, así como participar en congresos y ferias relacionadas.
La ‘Association of Significant Cemeteries of Europe’ está integrada por veintidós países y 179 cementerios. En España están adheridos un total de veinticuatro, tres de los cuales pertenecen a la comunidad gallega.
Cambados se ha convertido esta semana en el primer municipio de la provincia de Pontevedra y en el cuarto de Galicia en adherirse.
En Camariñas, en la salvaje Costa da Morte, está el Cementerio de los Ingleses, con una historia ligada al naufragio del Serpent. En 1990 se celebró el centenario de ese hundimiento y para ello se restauró la pequeña construcción donde fueron enterrados los 172 marineros ingleses que fallecieron en el fatídico accidente.
Muy cerca, aunque fuera de esta red, en Fisterra acapara todas las miradas el conocido como cementerio del fin del mundo, compuesto por 14 cubos de granito proyectados hacia el mar desde un portentoso acantilado e ideado por César Portela, arquitecto premiado por levantar una de las mejores obras funerarias del mundo, en la que no hay difuntos.
La configuración y el valor metafórico de su diseño, esa especie de contenedores, en este caso blancos, que el océano arroja a tierra cuando se produce un naufragio; así como su emplazamiento, lindante con mar y cielo, convence a los vecinos de la zona partidarios de la modernidad, pero no a los que están más apegados a las tradiciones.
Otro lugar santo de reposo que cautiva a los visitantes y que sí pertenece a la Ruta Europea de Cementerios Singulares es San Amaro, en la capital coruñesa.
Su buena acogida ha quedado demostrada con las visitas programadas con motivo de su reciente bicentenario.
Emplazado frente al mar, está considerado uno de los más importantes de Galicia y una de las mejores muestras del neoclásico, así como uno de los pocos cementerios marinos del planeta.
El Ayuntamiento lucense, también presente en la red, organiza visitas guiadas a su reconocido cementerio municipal San Froilán y presume además esta provincia del viejo camposanto de Mondoñedo, lugar que acoge los panteones de reconocidos músicos y escritores, algunos hijos ilustres de la ciudad, como Álvaro Cunqueiro.
En la lápida del bardo se puede leer el conocido epitafio «Eiquí xaz alguén que coa súa obra fixo que Galicia durase 1.000 primaveras máis» («Aquí yace alguien que con su obra hizo que Galicia durase 1.000 primaveras más»).
Entre sus inquilinos figuran científicos, políticos, intelectuales y artistas, como los músicos Marcial del Adalid o Castro Chané, o poetas como Eduardo Pondal, Curros Enríquez, Manuel Murguía o Wenceslao Fernández Flórez.
Iria Riobó