Phnom Penh (dpa) – Kho Sokhom se fotografió hace poco delante de la Torre Eiffel, en una soleada mañana de domingo. Pero Sokhom nunca ha estado en Francia.
Esta camboyana estuvo haciendo fotos con su madre y con su hija de seis años en el Parque Europa, que recrea a escala diversos monumentos del continente europeo, ubicado en el interior de una de las áreas residenciales de lujo de Camboya, también denominadas «boreys».
«No podemos ir a Europa, así que venimos aquí», explica. Sokhom tiene 40 años y trabaja para un concesionario de automóviles en Phnom Penh. Actualmente no se puede permitir comprar una casa en el borey Peng Huoth, donde se ubica el Parque Europa, pero asegura que algún día le encantaría poder hacerlo.
Es una de los muchos camboyanos que visitan el parque para hacerse selfies, posar para sus fotos de boda o echar un vistazo al tipo de vida de la clase alta camboyana, todavía fuera del alcance de la mayoría de ciudadanos de este país surasiático en rápido proceso de desarrollo.
«El sueño de la clase media camboyana es comprar una propiedad en un borey», dice Tom O’Sullivan, director ejecutivo de la página web realestate.com.kh.
«Con unos ingresos conjuntos de 2.000 dólares -1.812 euros- al mes una pareja puede ahorrar perfectamente para dar la entrada de la hipoteca y cumplir rigurosamente con los pagos», explica O’Sullivan. Añade que la última década el mercado inmobiliario de boreys ha sido impulsado por la emergente clase media y la urbanización del país.
La renta media familiar disponible en Phnom Penh es de unos 563 dólares mensuales, mayor que la media de los hogares rurales, unos 326 dólares al mes, según datos gubernamentales de 2017.
Camboya registró en 2018 el más rápido crecimiento del Este asiático y mantiene un crecimiento anual del PIB de alrededor del siete por ciento desde 2011, según el Banco Mundial.
Aunque la tasa oficial de pobreza del país sigue disminuyendo, el Banco Mundial subraya que casi uno de cada cuatro camboyanos sigue siendo «vulnerable a caer de nuevo en la pobreza» en caso de que el país se viese afectado por shocks económicos e inestabilidades económicas exógenas.
En el Parque Europa de Borey Peng Huoth no hay señales de pobreza. Los visitantes pueden pasear junto a un río artificial entre las recreaciones de la Torre Eiffel, el Big Ben e incluso la australiana Ópera de Sidney -todavía en construcción-.
Los edificios escogidos para ser recreados en este parque reflejan los estilos arquitectónicos europeos de varios períodos incluyendo la Alemania medieval, la Inglaterra victoriana y el Renacimiento francés.
El parque está protegido del calor por la sombra de los árboles -una rareza en la capital- y hace sentir a los visitantes lejos de los atascos, del ruido y de la basura de las carreteras de Phnom Penh.
Chan Ratha, del grupo de desarrollo inmobiliario Peng Huoth, asegura que las zonas verdes y el estilo europeo del Parque Europa, además del abanico de comercios lindantes, la proximidad de una escuela privada internacional, servicios deportivos y seguridad ayudan a atraer a nuevos compradores de viviendas.
«Los residentes se sienten privilegiados por vivir en el borey Peng Huoth y estar tan cerca del Parque Europa tanto por el ambiente como por la experiencia».
El proyecto Grand Star Platinum del borey donde se encuentra el Parque Europa cuenta con unas 8.000 villas con un promedio de tres personas viviendo en cada una de ellas, según Ratha. De momento se han vendido alrededor del 90 por ciento y más del 60 por ciento está ya ocupado.
Los precios de las casas del borey oscilan entre los 45.000 dólares, para apartamentos de uno o dos dormitorios, y los 100.000 dólares, para casas de tres y cuatro dormitorios. También hay lujosas villas multifamiliares que cuestan millones de dólares.
Se prevé que la construcción del Parque Europa finalice a finales de este año. Mientras tanto permanecerá abierto.
Según los conocedores de la industria inmobiliaria, la mayoría de los residentes en boreys son camboyanos que prefieren comprar propiedades con terreno, algo que los extranjeros tiene prohibido hacer.
Además, los locales aspiran al diseño y tipo de vida europeos, que consideran atractivo y de buena calidad, dicen los expertos.
La «calidad europea» y el «nivel europeo» son eslóganes y conceptos de marketing atractivos, dice O’ Sullivan. «Si un promotor construye una casa según el modelo de una propiedad europea, el comprador tendrá la sensación de que es un buen hogar ya que es similar a lo que podría esperar en Europa», afirma.
Por su parte, la consultora inmobiliaria Knight Frank Camboya prevé que el número de casas en boreys en Phnom Penh crezca hasta un 44 por ciento para 2021, lo que supone añadir unas 22.500 viviendas a las 51.000 existentes en el país. Actualmente se están construyendo sesenta boreys, asegura Ross Wheble, jefe de Knight Frank en Camboya.
Sleh Roza, de 24 años, trabaja como recepcionista en una escuela privada de primaria en la capital y recientemente visitó por segunda vez el Parque Europa, acompañada de su hermana y de una amiga. «No es común ver tantos árboles en la ciudad», dice Roza, y añade que le encanta el hermoso y tranquilo ambiente del parque.
Preguntada si puede imaginarse viviendo en un borey algún día responde: «Con suerte». Al escucharla, su amiga Sus Mary bromea: «Entonces, pide un deseo».
Por Matt Surrusco (dpa)