(dpa) – Bob Ross está convencido de que no hay nada mejor en el mundo que la cocina escocesa. Arranca todos los días con una porción de «porridge», un sustancioso plato de avena hervida en agua y sal, y se atreve con el «haggis», una receta tan típica como renuente al paladar de los foráneos. No a todos les gusta la primera vez que la prueban, pero el intento vale la pena. El «haggis» es una especie de pudin o flan preparado a base de carne, copos de avena, cebolla, sal y hierbas que se cocina en un estómago de oveja o de un cordero.
¡Pero no hay que asustarse, que si supiéramos como se preparan algunos de los platillos más típicos de nuestra propia cocina quizás no los comeríamos!
La cocina escocesa se ha extendido en algunas regiones del mundo. En Berlín hay pubs que acompañan su oferta de bebidas con platos típicos del norte y ya muy conocidos por todos: las hamburguesas, los «fish’n chips» y la sopa de pescado que tanto suele ordenarse en esos bares. «Para mí la cocina escocesa es una cocina muy de casa, simple y contundente. Allí se aprovechaba todo lo que tenía para dar el campo, la tierra y el río, y se cocinaba. Y bien», copina Christian Mirus, del pub «Loch Ness».
Hay una región que limita con Inglaterra, Borders, que es la tierra natal del «hotchpotch», un guiso de carne de cordero con verduras. También vale la pena probar el «stovies», que consiste en patatas al horno con carne de cordero, y se llama así por el tipo de hornalla sobre la que se prepara. ¿Crees que se come con una copa de cerveza? No. Se acompaña con un vaso frío de leche magra.
Una de las estrellas en el firmamento de las recetas escocesas es un pescado llamado eglefino. El mejor momento del «arbroath smokie» es cuando aún está tibio. Se llama así por un pequeño pueblo pescador de la costa este, y consiste en el eglefino ahumado sobre madera dura y salado. Otro gran clásico si te gusta el pescado es el eglefino como milanesa con patatas fritas. Si pides un «real scottish haddock», no te defraudará.
En algunas regiones de Escocia también se producen quesos como el ayrshire dunlop, un queso duro que tuvo origen en el siglo XVII. O el Orkney Schottish Island Cheddar, que se prepara a base de leche vacuna entera pasteurizada tomada de vacas que viven al menos seis meses en las praderas de Orkney y pasan el resto del tiempo en establos de ls islas. El queso es de una consistencia suave, aterciopelada, única.
Y el «porridge» es uno de los grandes protagonistas de los desayunos de Escocia, no sólo para Bob Ross. Lo novedoso de la forma de comerlo es que no cuecen la avena en leche, sino en agua y con sal. Queda una pasta cremosa, como si fuese un arroz con leche, y se puede combinar con detalles dulces.
Por Katja Wallrafen (dpa)
Foto: Paul Tomkins/Visit Scotland/dpa-tmn