(dpa) – Antes la gente se subía al auto, encendía la radio girando un botón o metía un cassette para escuchar su música preferida, pero ahora el smartphone es la herramienta básica para el entretenimiento desde el momento en que se sube al vehículo, incluso de forma automática.
Los teléfonos inteligentes ya se pueden conectar al sistema de entretenimiento de a bordo y hacer que todas sus funciones estén disponibles dentro del coche.
«La conectividad en el coche sigue creciendo en los últimos años. Comenzó con el iPod, luego los teléfonos móviles se podían usar en modo manos libres y ahora se añaden servicios y aplicaciones de streaming a través de smartphones», dice Holger Ippen, de la revista «Auto Zeitung».
Estas posibilidades ya no son exclusivas de los vehículos de alta gama, ya que los nuevos modelos en el segmento de precios más bajos también incorporan conectividad en sus sistemas de entretenimiento.
Muchos compradores quieren Internet en sus coches
Un estudio reciente de la asociación alemana de empresas digitales Bitkom revela el uso generalizado de las redes, según el cual el acceso a Internet en el vehículo es un criterio importante para el 51 por ciento de los alemanes a la hora de comprar un coche.
El 63 por ciento concede importancia al hecho de poder conectar su teléfono inteligente a los equipos del vehículo, lo que supone que no tienen que realizar adaptaciones al utilizar servicios como la navegación.
Sistemas como Apple CarPlay, Android Auto o MirrorLink hacen que el uso de dispositivos móviles en el coche sea todavía más cómodo. Disponen de sus propias interfaces de usuario, que permiten manejar muchas funciones del smartphone a través de la pantalla del sistema integrado de entretenimiento del vehículo.
«La ventaja adicional es que también están disponibles apps como Google Maps, lo que permite al conductor acceder a un sistema de navegación», explica Ippen.
La comodidad del conductor mejora con este tipo de conectividad interna, pero también crece la externa. «La creación de redes externas implica, por un lado, la comunicación con fabricantes y talleres, pero también el intercambio de información con otros usuarios en la carretera y con las infraestructuras», añade Ippen.
En el futuro, cada vez será más habitual que el propio vehículo registre una necesidad de revisión en el taller cuando se alcance un determinado kilometraje.
La seguridad llevará a los coches a aprender a «hablar»
Al trabajar en red con semáforos, señales de tráfico o servicios de emergencia, la atención se centra en la seguridad y el flujo del tráfico. En Düsseldorf, en el oeste de Alemania, hay un circuito de pruebas de 20 km donde 16 empresas y equipos de investigación prueban sus proyectos en condiciones reales.
Un ejemplo es un asistente digital para habilitar un carril de emergencia desarrollado por Ford y Vodafone. «La alarma se activa directamente en la ambulancia. Los coches que se encuentran cerca del accidente son avisados y se les explica en pantalla cómo habilitar un carril de emergencia», explica el investigador de Vodafone Tobias Krzossa.
Para ello será necesario que los vehículos dispongan de una tarjeta SIM fija, como los coches que ya disponen del sistema eCall, requisito obligatorio desde el 1 de abril de 2018. Las tarjetas de telefonía móvil ofrecen muchas otras opciones, y con el nuevo estándar de telefonía móvil 5G habrá más.
«En pocas palabras: los coches aprenden a hablar. Se comunican con semáforos, peatones y ciclistas, intercambian datos en tiempo real y se advierten mutuamente de los peligros», señala Krzossa.
Conductores expuestos a ataques de hackers
El inconveniente de estas redes es que los conductores están más expuestos. Quien utiliza servicios de coches compartidos o motos eléctricas a través de smartphones, por ejemplo, está exponiendo información propia. «Se crean perfiles completos de movilidad, que son utilizados por empresas para hacer más negocio con sus clientes», remarca Ippen.
También crece el riesgo de que personas no autorizadas accedan a los datos. Según Ippen, es poco probable que un delincuente tome el control total de un coche. Si un hacker pudiera acceder a sus sistemas, como mucho podría apagar la radio, asegura.
Por Claudius Lüder (dpa)