
(dpa) – Existen muchísimas aplicaciones digitales e innovaciones dedicadas a la salud, y hace no tanto tiempo comenzaron a venderse los dispositivos vestibles o «wearables». Pueden ser relojes que miden el pulso o medidores de presión que transmiten la información al celular. Hay de todo. Echemos un vistazo a algunas de estas piezas y preguntémonos:¿Son verdaderamente útiles?
Tomemos el BPM Core, de un fabricante francés, como ejemplo de cuánto se ha desarrollado la tecnología en el área de la salud, sobre todo en este tipo de tecnología «portable». Como se ve en ese modelo, los aparatos médicos son cada vez más pequeños y versátiles, y están cada vez más interconectados.
«Hasta ahora se trataba de productos de nicho, pero desde hace algunos años se comercializan cada vez más productos de este tipo en el área de la Medicina», comenta el profesor Oliver Amft, que dirige la sección de Salud Digital de la Universidad alemana de Erlangen-Núremberg. Amft ve la evolución como algo positivo.
Hasta ahora los médicos sólo podían recopilar datos y hacer mediciones a los pacientes en un laboratorio. Los dispositivos vestibles o ‘wareables’ no sólo permiten hacer las mediciones en cualquier sitio, sino que además «están un paso más adelante porque permiten medir varias funciones vitales, monitorear el comportamiento del paciente y darle seguimiento al impacto del contexto o del medio ambiente en la vida diaria de esa persona», explica el especialista.
Aplicando la tecnología adecuada, el médico podrá realizar observaciones mucho más precisas y darle seguimiento a la presión arterial de un paciente, por ejemplo, a lo largo de días o semanas.
Marcel Weigand, miembro directivo de una asociación de protección del paciente, también cree que los «wearables» y las apps pueden ayudar a detectar más rápidamente eventuales indicios de alteraciones del ritmo cardíaco o de diabetes, por ejemplo, al controlar y documentar automáticamente el nivel de glucosa.
Otro dato no menor es que estos dispositivos pueden tener un efecto psicológico positivo en los pacientes. Si un paciente con presión alta no se siente bien y el aparato le indica que no hay de qué preocuparse, tal vez pueda ahorrarse una visita al hospital. ¿Confiaremos más en los aparatos que en nuestra sensación?
Amft está convencido de que los dispositivos, algunos de ellos presentados en la reciente feria de electrónica CES de Las Vegas, son bastante precisos. Los relojes deportivos, las pulseras fitness y ese tipo de aparatos fabricados por grandes marcas suelen estar validados. El pulso, por ejemplo, puede medirse bien, opina Amft.
«Bueno, bien, sí, pero no con la misma exactitud que se puede medir en condiciones clínicas o de laboratorio», acota. El especialista considera que muchos de estos dispositivos son un buen acompañamiento para seguir un plan saludable, pero no tan precisos como las tecnologías más costosas y especializadas.
Además, independientemente de la calidad de las mediciones que nos hagamos, es importante acudir al médico porque no hay aparato que reemplace las consultas, advierte el científico Marcel Weigand. Es más, quizás los dispositivos alienten a la gente a ir de vez en cuando al médico, observa.
Y cuando se trata de saber qué dispositivos son buenos y cuáles no, ¿cómo hacemos? Amft recomienda tener en cuenta las certificaciones que presentan. No muchos cuentan con determinados certificados, pero algunos fabricantes están aprobados por el organismo estadounidense FDA, lo cual «ya es una muy buena pauta sobre su calidad», añade.
De todos modos, no hay que sobrevalorar esas certificaciones. Hay dispositivos que no cuentan con ella y no necesariamente son cualitativamente peores.
Otro modo de chequear la calidad es leer los estudios de validación. Algunos fabricantes brindan muchísima información al respecto. Si no responden a las consultas y su web parece ser más bien esquiva, es mejor no confiar demasiado en su producto.
Además, también hay toda una serie de aparatejos de dudosa utilidad, como el monitor de bebés que se ofrece para que las embarazadas se lo coloquen alrededor de la barriga. Por lo general, cuando un fabricante asegura que con un dispositivo se pueden detectar diversas enfermedades u obtener informacions de salud de distinta índole, más vale sospechar, apunta Amft. «Pronto se dará cuenta de que se promete mucho sin tener demasiadas evidencias», comenta el experto.
Marcel Weigand tiene una opinión similar. «Sería desmedido que una misma pulsera de fitness detectara enfermedades y permitiera tratarlas», asegura al referirse a los dispositivos que dicen estar dirigidas a tratar varias enfermedades.
Es más, ese tipo de productos pueden llegar a tener efectos adversos, dice Weigand. Más vale evitar su aplicación, entre otras cosas, para proteger los datos del usuario.
«Algunos productos incluso pueden llegar a generar otra enfermedad: hipocondría», sentencia el científico. «No creo que sea un aporte para la salud tener la sensación de que cada parte del cuerpo está siendo supervisada».
Por Till Simon Nagel (dpa)