Las VTCs sustituyeron a los taxis, Netflix a las series tradicionales, internet a los videoclubs. En general parece que lo tradicional desparece absorbido por la nube. ¿Será este el caso de las centralitas?
Tipos de centralitas actuales
Que las centralitas telefónicas en la nube acabarían con su competencia salvo quizá con las físicas de Hardware es un hecho. La VOiP tiene muchas ventajas. Así que como diría Maradona a un empresario “Centralizate”.
Las centralitas virtuales son centrales telefónicas en las que el operador de telefonía IP es el que se ocupa de albergarla en los servidores y de su mantenimiento y correcto funcionamiento.
La compañía simplemente tiene que conectar los teléfonos IP a Internet para que todas las llamadas se entrecrucen en la misma centralita virtual. Los operadores de telefonía IP les cobrarán ciertas mensualidades por el trabajo.
La centralita virtual está ubicada en la nube e implica toda la configuración del sistema telefónico de tu empresa. Las extensiones se conectan a la centralita virtual mediante la red, por lo que es posible que trabajadores que están en diferentes lugares conecten en la centralita.
Ahora tenemos que pensar algo. ¿Hay alguna alternativa, una vez fenecidas las centralitas tradicionales, a las centralitas virtuales? Si hay algo parecido a esto, tiene dos palabras en su nombre, centralita IP.
La centralita IP es un hardware, que se instala en la sede de la empresa y en la que se unen las conexiones por cables o a través de una red interna. Allí se diferencia esa parte física del todo virtual que tiene la centralita de la nube.
Para que la centralita IP tenga línea es necesario pagar el servicio de SIP trunk o troncal SIP con un operador de telefonía IP, al que se contacta a través de Internet.
En la centralita IP configura el sistema telefónico y el operador de telefonía IP es el que da el servicio de conexión a la red telefónica y numeración. Pero todo de forma física y a través del hardware ya mencionado.
Nube contra IP, frente a frente
Así pues, ya tenemos uno de los grandes duelos tecnológicos que decidirán el siglo XXI, solo comparable al de Xiaomi y Huawei contra Apple. Dos formas de entender la tecnología, una contra otra.
Aunque lo cierto es que la primera tiene muchas ventajas sobre la física. Una inversión inicial irrisoria es una, y es que a una pequeña empresa pues no le renta en absoluto gastar demasiado al principio en estas cosas.
El engorro de programación y mantenimiento y seguridad está a a cargo del operador de telefonía IP, esto conlleva menos pasivos y menos riesgo si algo se tuerce. Es decir, evitar el peligro es la clave.
Además, el hecho de que se anule la distancia geográfica, esa capacidad de estirarse sin romperse es la fuerza de las telecomunicaciones. Sin contar con que poner nuevos números, extensiones etc. es fácil y rápido.
No tiene además ningún límite de ampliación, y esto es muy necesario si de verdad la corporación tiene proyección para crecer. Si de verdad creemos en nuestra idea, en nuestra start-up, ¿no es mejor facilitarse las cosas?
Pero es que incluso para una enorme multinacional es dudoso que le compense la IP. Para empezar una conexión entre todas las distintas sedes puede ser muy necesaria. Sobre todo, en momentos de turbulencias empresariales como los que vivimos.
Y poder manejar y cambiar la centralita desde todos sitios, así que, si cae la red, o se va la electricidad, las llamadas se redirigen a los móviles. Es una opción de siglo XXI en su plenitud y apogeo.
Además, que las desventajas de la centralita física son bastante notables-Lo primero no cualquiera puede permitírselo, pues parte de una elevada inversión inicial. Eliminamos a las pequeñas empresas nacientes.
Y la cobertura, la atención por voz y llamada, dependerá de cómo vaya la red, y esto en los grandes polígonos industriales, , puede pagarse muy caro. Demasiadas señales interfiriendo a la vez.
Lo que pagamos sólo por mantenimiento ya puede ser muy elevado. Y es que la programación y mantenimiento, y cómo no la seguridad, es responsabilidad de la empresa.
Lo que quiere decir que, si no hay un técnico especializado, y no es sencillo encontrarles, tendrán que subcontratarlo. Como vemos la lista de los gastos no para de crecer. Y además necesitaríamos un hardware por sede.
Además, todas las ampliaciones que la empresa quiera hacer deben depender de la centralita. O lo que es lo mismo, el hardware caro además imposibilita como tal el crecer libremente. Acaba siendo un engorro.
Como conclusión, apostamos mucho más la nube que lo físico. Todavía no ha surgido una oposición realmente convincente a este tipo de entramado. La muerte de lo físico para que la nube ascienda es el futuro.