
(dpa) – Hay quien vuela a Sudáfrica para jugar al golf, otros viajan a Japón para esquiar, a California para surfear o a Hawái para participar en el Ironman. Pero si se viaja con equipaje deportivo, hay que registrarlo y, dependiendo del tipo de billete y de la ruta, habrá que pagar una tarifa u otra.
Ya sea una bolsa de esquí, una bicicleta de carreras o la propia bola para jugar en la bolera, quien vuela «ligero», es decir, sin equipaje facturado, siempre tendrá que pagar extra por el equipo deportivo.
Pero si realiza la reserva facturando equipaje son muchas las compañías aéreas las que permiten transportar material deportivo en la franquicia de equipaje. El hecho de tener que pagar un suplemento depende de la aerolínea con la que vuele, a dónde vuele, qué tarifa está reservada y, por supuesto, del tamaño y peso del equipo deportivo.
«Básicamente, el equipaje deportivo está permitido», asegura Sandra Kraft, portavoz de la aerolínea alemana Lufthansa. Lo que pese más de 32 kilos deberá ser enviado como flete aéreo. También se hacen diferencias entre equipaje deportivo estándar y el voluminoso (bulky baggage, en inglés).
Además, se hacen siete distinciones dependiendo de las distancias. Por ejemplo, el transporte de material de esquí en una ruta intercontinental cuesta 250 euros (282 dólares). Para un equipo de windsurf, que es voluminoso, se pagan 450 euros (507 dólares).
Aparte, existen criterios de exclusión. «Debido a las limitaciones por la infraestructura, el aeropuerto londinense de Heathrow prohíbe desde agosto de 2018 los equipajes deportivos de gran volumen en este aeropuerto», señala Kraft. Éstos incluyen, por ejemplo, canoas, alas delta y longboards (monopatines grandes).
En la mayoría de las aerolíneas, las bicicletas tienen que ser empaquetadas, preferiblemente en bolsas o maletas especiales. No se transportan bicicletas electrónicas ni bicicletas con motor. Se permiten las armas, pero sólo en la parte de carga del avión. «Las armas de caza y deportivas sólo se admiten si se transportan en un estuche de armas separado», explica Kraft.
Las armas pequeñas guardadas dentro del equipaje no tienen ningún coste adicional. Sin embargo, el equipo de tiro tiene que ser guardado en estuches rígidos con cierre hermético, y cada aerolínea tiene páginas completas con regulaciones para los que practican el tiro y la caza deportiva. Asimismo, tendrán que contar con los correspondientes permisos de entrada para los países de destino y tránsito.
El equipaje extra siempre tiene ser registrado online o por teléfono. La normativa sobre el equipaje deportivo se puede encontrar en las páginas web de las compañías aéreas.
Los pasajeros también tienen que encargarse de llevar un seguro para estos equipos, que a menudo son muy caros o han sido hechos a medida. «Durante el vuelo y el transporte correspondiente, la aerolínea es responsable del equipaje», dice Claudia Frenz, especialista en seguros. «En caso de daños de transporte, el pasajero tiene derecho a una indemnización por daños y perjuicios de parte de la compañía aérea, según las normas del Convenio de Montreal. El límite máximo por pérdida, daño o retraso de equipaje es actualmente de unos 1.200 euros (unos 1354 dólares).
Por Verena Wolff (dpa)