Viajar es una actividad que le gusta a todo el mundo. El secreto no solo está en que se conocen nuevos destinos y lugares desconocidos, sino que, si es por ocio, la actividad es placentera porque supone que se dispone de tiempo libre, es decir, tiempo para dedicarlo a lo que más se desea, y viajar resulta atractivo para mucha gente.
Cuando se habla de guías de viaje no faltan esos esquemas en los que se indica qué es necesario para el viaje, qué objetos, accesorios, dispositivos electrónicos, ropa… sin embargo, no mucha gente cae en la cuenta de echar en la maleta unos prismáticos.
Unos prismáticos resultan útiles en cualquier viaje, ya se trate de un viaje por placer o un viaje de turismo, pues en todos posiblemente haya un hueco para visitar espacios naturales o contemplar las vistas de alguna ciudad desde un mirador o la terraza de un edificio alto.
Prismáticos compactos y ligeros
Si ya de por sí para un viaje en la maleta acaban metiéndose más cosas de las estrictamente necesarias y todavía en esas circunstancias tenemos la sensación de que se deja algo en casa, con los prismáticos la dinámica a seguir es optar por modelos que sean compactos y ligeros.
Una de las condiciones más esenciales ante un viaje es minimizar peso y volumen. A la hora de elegir prismáticos debemos optar por modelos que no vayan a suponer una carga excesiva en la maleta ni posteriormente cuando los estemos utilizando. Para comprar prismáticos, en la web Los Mejores Prismáticos encontramos amplia información sobre este producto.
Se consideran prismáticos compactos los que tiene oberturas de entre 25 y 32 milímetros, con posibilidad de 7 a 10 aumentos. El peso debe ser inferior a los 500 gramos y para transportarlos disponen de una funda cómoda. Son binoculares ideales para ir por la ciudad y por el campo, e incluso para contemplar algún evento cultural o deportivo desde larga distancia: conciertos de música, partidos de fútbol.
La ventaja de que sean ligeros, poco pesados, es importante, ya que el objetivo de los prismáticos es transportarlos durante todo el día, al menos cuando hay horas de luz, al igual que ocurre con la cámara de fotos.
Para la cámara de fotos sí son necesarios otros dispositivos, como cargadores, baterías y tarjetas de memoria. En el caso de que se trate de un viaje a espacios naturales y se tenga cierto dominio manejando la cámara, otro accesorio a incluir en la maleta son diferentes objetivos para la cámara, si bien en este caso habrá que deshacerse de otros objetos, para que todo entre en el equipaje.
Viajes a grandes espacios abiertos
Si el viaje es a grandes espacios abiertos, zonas naturales de gran belleza, como pueden ser la sabana africana, el cañón del Colorado o, por qué irse tan lejos, el Parque Nacional de Doñana, los binoculares deben ofrecer más prestaciones, incluso en condiciones ambientales difíciles: poca luz, nubosidad, lluvia, neblina… En estos casos, son recomendables prismáticos con una máxima apertura, igual o superior a 32 milímetros, y con mejor tratamiento óptico.
Estos modelos son más voluminosos y pesados, pero poco a poco las marcas diseñan modelos cada vez más potentes y ligeros. En el caso de que el viaje sea por motivos científicos o laborales relacionados con la observación de fauna, lo ideal es contar con binoculares tratados con alta precisión.
Los prismáticos son un dispositivo que en ocasiones se echa en falta cuando vamos de viaje, y no se trata de organizar viajes en los que vaya a divisarse fauna, sino que en una gran ciudad, desde monumentos señalados como pueden ser la Torre Eiffel en París, la Estatua de la Libertad en Nueva York o cualquiera de los numerosos rascacielos que se levantan en las principales ciudades del mundo, pueden ser bienvenidos estos dispositivos.
En cualquier caso, si viajamos hasta un espacio natural protegido de manera organizada, pongamos como ejemplo un safari, los propios organizadores ofrecen prismáticos a sus clientes. El hecho de usar los propios responde más a una cuestión personal con la que se gana en libertad, pues de este modo no quedará ningún detalle del viaje sin contemplar a fondo.