En la sociedad del siglo XXI, de un ritmo acelerado e incesante, a veces es conveniente pararse para mirar alrededor y darnos cuenta de todo aquello que nos rodea, tanto lo bueno como lo malo, ser conscientes, al menos brevemente del tipo de sociedad en la que estamos inmerso.
Este mundo tecnificado, con prisas, en demasiadas ocasiones estresado y deshumanizado, crea mundos artificiales como las redes sociales que es una realidad paralela para sus usuarios, y hace que consigamos olvidarnos de los problemas reales que solemos tener, como la alta tasa de desempleo, la inseguridad ciudadana, las cientos de promesas políticas incumplidas, los riesgos para nuestra salud que provoca la sociedad moderna y contaminada, nuestro estilo de vida, el miedo por las pensiones… Todas estas circunstancias afectan negativamente a nuestra vida personal y hace que busquemos refugio en actividades que pueden llegar a originar adicciones peligrosas.
La doctora Ana Valdepérez, psicóloga del Programa de Adicciones Comportamentales del Hospital de Sant Pau, en Barcelona, comentaba con relación a la adicción a la videncia, denominada como comportamental, que está a la altura de la adicción al juego, internet o el sexo. En su opinión como especialista “son hábitos de conducta placenteros que en un pequeño porcentaje de personas desemboca en una adicción y organizan toda su vida en función de ellas”.
Enric Mora, experto sociólogo de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB) manifiesta que la crisis y el actual ritmo de vida, con sus trabajos en precario, el estrés y las dificultades emocionales que atravesamos en determinados momentos de nuestra vida, repercute negativamente sobre el control de nuestra propia existencia y decide creer en “ser objeto de fuerzas desbocadas sobre las que no tenemos incidencia”.
¿Qué es realmente un gabinete de tarot?
Un negocio que se ha desarrollado como la espuma en los últimos tiempos son los gabinetes del tarot. Se trata de un Call center de atención de llamadas que pueden tener desde las compañías telefónicas a los bancos o a cualquier empresa de mediano volumen, como en este caso, las videntes que se dedican al tarot.
Sin embargo, las tarotistas y videntes que más prestigio tienen y mejores opiniones positivas cosechan de sus clientes, como aquellas que se encuentran en videntessingabinetes.com, hacen especial hincapié en que ellas atienden personalmente desde su casa o en ambientes propicios y no trabajan en ese tipo de gabinetes.
Este hecho les reporta veracidad en el sentido de que se puede creer o no en la autenticidad de las consultas de tarot o de si la videncia realmente existe. La duda siempre existirá, es como discutir abiertamente y entrar en debate sobre la existencia de Dios, algo intangible que no podemos demostrar y que por tanto siempre tendrá a la ciencia en su contra.
Pero lo que desde luego es seguro e indiscutible, algo que te corroborará cualquier experto en tarot que se precie, es que no es posible alcanzar el estado de concentración necesario para echar las cartas del tarot en un lugar donde se encuentran muchas personas haciendo lo mismo.
Esto mismo se puede extrapolar a las tarotistas que aparecen en televisión y van echando las cartas a aquellos que llaman. Se necesita mucha concentración y encontrarse en un lugar tranquilo y seguro, como el hogar de la vidente que ha acomodado para convertirlo en el escenario perfecto, donde la vidente pueda canalizar la energía y establecer una conexión con aquel individuo que desea realizar la consulta.
En esta sociedad tan monetizada, donde se quiere sacar partido de cualquier actividad, las empresas con tal de hacer dinero, no tienen en cuenta que se puede comparar llamar por teléfono para aclarar el desglose de una factura o para contratar un servicio telefónico, que llamar a una vidente para que te eche las cartas, jugando abiertamente con los sentimientos y la buena fe de las personas que recurren a ellos.
En España, cada vez quedan menos gabinetes de tarot, afortunadamente, aunque las llamadas se siguen desviando a otros países, como Argentina, Ecuador, Perú o Uruguay. Hoy día, para aquellas personas que creen en esta disciplina ancestral, y que es totalmente respetable, pueden encontrar en nuestro país webs, como la referenciada en este artículo, que ofrecen servicios de tarot y videncia resaltando que ofrecen sus servicios desde la propia casa de la tarotista.
No es nuestra intención entrar al eterno debate de si estos servicios ayudan o no a la persona que los recibe, debe ser su elección libre y personal el acudir o no a ellos y decidir donde gastar su dinero, mientras no se convierta en una conducta adictiva, en cuyo caso deberían recibir la ayuda adecuada, tal y como ocurre con el resto de adicciones.