Stuttgart/Múnich, 28 may (dpa) – Pesa 2,3 toneladas, tiene 462 caballos de fuerza y puede desplazarse a una velocidad de hasta 253 km/h, y, según consta en los papeles, solo consume 3,2 litros (72 g/km de CO2). Por eso, no es de extrañar que el jefe del proyecto Stefan Fegg esté satisfecho con el nuevo Porsche Cayenne S E-Hybrid.
El SUV, que se ofrece a partir de 89.822 euros, no solo es bueno para la imagen y las ventas de la marca alemana, sino también por el compromiso de bajar los valores de emisión de dióxido de carbono.
Durante mucho tiempo la industria del automóvil puso el acento en el diésel para bajar las emisiones de CO2. Pero a partir de que el diésel comenzó a ser cuestionado como un modelo de propulsión razonablemente eficiente en cuanto al consumo de combustible, la industria del automóvil está impulsando cada vez más el desarrollo de los híbridos enchufables. La oferta está creciendo rápidamente, especialmente entre los fabricantes de autos de lujo.
El Porsche Cayenne S E-Hybrid puede recorrer hasta 44 kilómetros, lo que le asegura un consumo menor que cualquier automóvil pequeño. Estos valores le ayudan al fabricante a cumplir con los estrictos estándares ambientales de Bruselas, Pekín o Washington.
«Sin el uso masivo de híbridos enchufables, los requisitos de bajar el CO2 a 95 g / km a partir del año 2021 son casi imposibles de alcanzar para los fabricantes premium de modelos grandes, pesados y potentes», asegura Hans-Georg Marmit de la Organización Técnica de Vehículos KÜS en Alemania. Es por eso que no solo Porsche, sino también Audi, BMW o Mercedes se aferran ahora a estos salvavidas eléctricos.
Mientras que, por ejemplo, Volvo ya se sumó hace tiempo a la tendencia de reducir o eliminar las motorizaciones diésel y ofrece los llamados modelos Twin en todas las variantes 90 y 60, también otras marcas, que hasta ahora no habían manifestado interés en las tecnologías ecológicas comenzaron a cambiar su estrategia frente a la situación actual.
Por ejemplo, el Bentley Bentayga pronto se conectará y, gracias a su alcance eléctrico de 50 kilómetros, tendrá un consumo de combustible de 3,2 litros (75 g / km de CO2). También Range Rover y Range Rover Sport equiparán un motor eléctrico, que proporcionará alrededor de 50 kilómetros en el mejor de los casos.
Porsche no solo tiene el Cayenne, sino que también ofrece el Panamera en dos versiones como Plug-in. En tanto, BMW equipa la tecnología para su serie 3, 5, 7 y X5.
Por su parte, Audi ampliará su oferta eléctrica y tiene previsto lanzar alrededor de 20 modelos con transmisión eléctrica hasta 2025, muchos de ellos como híbridos enchufables, según indicó el jefe de desarrollo de la marca alemana, Peter Mertens.
También su colega de Mercedes, Ola Källenius, apunta a esa tecnología. Mercedes-Benz y el resto del grupo Daimler ofrecerán versiones eléctricas o híbridas de todos sus modelos antes del año 2022.
En el caso de los modelos premium la oferta aún es escasa, porque allí la ventaja del CO2 no es tan buena. Pero en el rango compacto, hay más propuestas: VW ofrece el Golf GTE, y los coreanos de Hyundai tienen el Ioniq y el Kia Niro, como así también su buque insignia Kia Optima.
En tanto, en los segmentos más pequeños, el pionero Toyota Prius también equipará por un costo adicional una batería de respaldo más grande para 50 kilómetros de alcance eléctrico.
BMW produce el Mini Countryman y el Serie 2 Active Tourer también en versiones Plug-in, y también Peugeot y Citroën descubrieron el potencial de los modelos eléctricos. Antes de del final de la década, quieren lanzar los primeros modelos enchufables en el nuevo 508. Y el recién llegado chino, Lynk & Co, ya no quiere ofrecer autos con tecnología convencional cuando se entre en el mercado europeo en 2020.
Por Thomas Geiger (dpa)