El Gobierno de Aragón actuará en 2017 en la Torre Piquer, ubicada en el municipio turolense de Berge, en la Comarca del Bajo Aragón, y declarada Bien de Interés Cultural en 2006. El monumento, una vez restaurado, se incorporará como nuevo atractivo turístico al Parque Cultural del Maestrazgo, dependiente del Departamento de Educación, Cultura y Deporte. La memoria de actuación contempla trabajos de apuntalamiento, restauración, consolidación y limpieza del entorno. Por su parte, la Comarca del Bajo Aragón se encargará del acondicionamiento de los accesos.
El director general de Cultura y Patrimonio, Nacho Escuín, ha destacado el interés de esta intervención en un monumento de gran valor patrimonial y porque, además, “supone un nuevo aliciente para el Parque Cultural del Maestrazgo, ya que permitirá crear una nueva ruta en una zona como Berge, que será más visitada”. Así mismo, ha recordado Escuín, Patrimonio “no solo colaborará en las tareas de consolidación y restauración, sino también en su difusión a través de la elaboración de guías que se hacen directamente desde el Parque”.
Los trabajos previos, ha explicado Escuín, “son la elaboración de un informe y de una memoria valorada para comenzar con los trabajos de consolidación de los muros y la limpieza de la torre y de su entorno, al igual que los accesos, fundamental para que los ciudadanos puedan disfrutar de este tesoro patrimonial”.
Por su parte, el presidente de la Comarca del Bajo Aragón, Manuel Ponz, ha recordado la apuesta de este territorio por dinamizar el sector turístico. Una comarca que, ha señalado Ponz, “cuenta con un importante patrimonio histórico que se debe potenciar y difundir”. La Torre Piquer, ha dicho, “es una torre medieval, con unas características especiales, que está siendo muy visitada, a pesar del estado en el que se encuentra”. Lo que se pretende, ha explicado Ponz, es rehabilitar el edificio con el objetivo de que sea más atractivo para quienes lo visitan.
La Torre Piquer
La Torre Piquer, declarada Bien de Interés Cultural en 2006, podría encuadrarse hacia el siglo XVI, dentro de las tipologías habituales en arquitectura defensiva, en este caso en una zona de paso entre localidades dominando el valle. Se trata de una torre esbelta de 4 alturas y con base cuadrangular, construida en gruesos muros de mampostería. El acceso, enmarcado en sillería, se realizaba por la fachada noroeste y está elevado varios metros del suelo.
La tipología del conjunto actual la conforman la torre y unas construcciones agrícolas contiguas que, junto a las tierras de cultivo a su alrededor, forman una masada o masía fortificada.