El presidente del Puerto de Barcelona, Sixte Cambra, ha ofrecido a su homólogo en el Puerto de Valparaíso, Raúl Urzúa, y al alcalde de la ciudad chilena, Jorge Castro, asesoramiento en materia de cruceros y de integración de las instalaciones portuarias en la ciudad.
«Acumulamos una experiencia importante en ambos ámbitos», ha dicho Cambra, que ha recordado que el modelo desarrollado en el Port Vell a través de Port 2000 –el ente que integra el Puerto y el Ayuntamiento de Barcelona– es un referente internacional, al tiempo que el enclave barcelonés es el primero en cruceristas del Mediterráneo y el cuarto del mundo tras los tres grandes puertos de Florida.
De hecho, el Puerto de Barcelona ha llevado su experiencia en materia de puerto urbano a otras ciudades internacionales, como Buenos Aires, y a otras españolas como Gijón, Castellón, Santa Cruz de Tenerife, Almería y Alicante, a la vez que Creuers del Port de Barcelona, que gestiona cinco de las seis terminales de cruceros del enclave portuario, ha implantado su modelo de negocio en los puertos de Singapur, Lisboa y Málaga.
Tras el discurso de Cambra, el Intendente General de Valparaíso, Gabriel Aldoney, manifestó su voluntad de convertir el puerto chileno en una infraestructura que genere valor económico y social «siguiendo el modelo de Barcelona».
En el marco de esta misión comercial y empresarial, también se han producido reuniones con navieras, como Hamburg Süd, y se ha celebrado un seminario técnico de aduanas para profundizar en su papel como puntos clave de las cadenas logísticas.