Destinia está estudiando la posibilidad de cerrar la venta de reservas de Lufthansa y del resto de las aerolíneas del grupo –Austrian Airlines, Brussels Airlines, Lufthansa y SWISS– ante la decisión del grupo alemán de cobrar un recargo de 16 euros a las reservas realizadas a través de sistemas globales de distribución (GDS) a partir de septiembre.
«Esta batalla con Amadeus no es nueva. American Airlines ya hizo una estrategia similar en 2010 tratando de redirigir el mayor número de ventas a su canal director y presionar a los GDS para negociar. Vamos a ver cómo termina este pulso antes de tomar una decisión», ha afirmado el consejero delegado de la agencia de viajes ‘onbline’, Amuda Goueli.
En un comunicado, señala que hay antes de tomar una decisión hay que valorar la posición de dominio que el grupo Lufthansa tiene en algunas rutas, con cuotas de hasta el 80%; los costes que pueda suponer integrar una plataforma de contratación directa que la aerolínea trata de imponer y los problemas de competencia.
En este último caso, considera que los problemas de competencia derivados de esta decisión «redundan en el consumidor, que va a ver sus opciones de elección reducidas».
WEB ESPECÍFICA LIMITADA Y CON MAYOR COSTE.
Lufthansa tiene una web específica para que los agentes de viajes hagan las reservas de manera manual, según Destinia, lo que «limita y encarece la operativa cotidiana al no ser un proceso automatizado», y que no existe una plataforma hoy por hoy para una integración ‘online’.
«Si queremos mostrar en nuestra web los precios de Lufthansa, solo podemos hacerlo con una penalización impuesta de 16 euros, lo que reduce la capacidad de elección de nuestros clientes y es un claro intento de expulsarnos del mercado», aseguró Goueli.
Según el directivo, si la intención del grupo alemán Lufthansa es crear a medio plazo una plataforma que quiera trabajar con las agencias integrarla «llevará meses de trabajo de programación». «Una labor que no solo implica costes que tendremos que asumir, sino que muchas pequeñas agencias no tendrán capacidad ni medios para hacerlo», lamentó.
Destinia trabaja con cerca de 600 aerolíneas por lo que si cada una decidiera imponer su propia plataforma directa constituiría «una operativa muy costosa de mantener».
«Las aerolíneas crearon los GDS; luego suprimieron las comisiones a las agencias de viajes y ahora atacan a los GDS. Si más aerolíneas siguieran esta senda sería perjudicial para la competencia del sector. Creemos que Bruselas debería estar muy atento a lo que suceda», concluyó.