Madrid, 20 ene (EFE).- El Orfeón Pamplonés cumple 150 años y aunque no quiere «morir de éxito» en medio de las celebraciones, lo cierto es que su programa de festejos está repleto de «hitos» tales como grabar un disco, el primero. Lo harán en Londres, donde actuarán, también por primera vez, el próximo día 24.
Su director artístico, Igor Ijurra, explica a Efe que el sábado comienzan una gira europea que es «muy especial» no solo porque celebran un aniversario «tan señalado» sino porque está repleta de «primeras veces».
Empezarán su «road show», se ríe, en el Royal Festival Hall de Londres, con la «Misa de Réquiem» de Verdi junto a la London Philarmonic Orchestra y su coro, dirigidos por Vladimir Jurowski.
Será la primera vez que canten en Londres, que actúen con la London Philarmonic y que les dirija Jurowski, pero es que, además, grabarán con ese recital «¡el primer disco!» de su historia, recalca Ijurra.
«Esa es una de nuestras grandes carencias. Apenas hay alguna grabación, en algún disco colectivo, de los años 80. Lo grabaremos el 24, con el sello de la London Philarmonic Orchestra, aunque aún no sabemos cuándo saldrá», señala.
La gira pasará por Madrid, por el Auditorio Nacional, el 30 de enero; por Pamplona -Baluarte-, el 1 de febrero, y por París, ciudad a la que no iban desde finales de los 80 y en la que debutarán en el Teatro Champs Elysèes, el día 3 de ese mes.
«A pesar de esa actividad, no se nos ha ido la cabeza, porque no podemos olvidar que después de 2015 viene 2016 y no queremos morir de éxito o de cansancio», explica Ijurra.
El 19 de marzo, día de la fundación del Orfeón, tienen previsto un recital en Pamplona, con Valery Gergiev dirigiendo a la orquesta del teatro ruso Mariinsky y la «Novena Sinfonía» de repertorio.
Será la séptima vez que actúen a las ordenes de Gergiev, el primer director con el que viajaron a Estados Unidos, en su debut en el Carnegie Hall, en 2010.
También será la séptima vez con el Mariinsky, con el que hasta ahora habían hecho la Segunda y la Octava de Mahler. «Será la primera vez que ellos hagan la Novena en España», apunta.
La otra «gran cita» de este año será en el Festival de los Proms, el encuentro de la música clásica que se celebra en el Royal Albert Hall.
Será el 1 de agosto, con la BBC de Manchester, dirigida por Juanjo Mena y la «Misa en Do» de Bruckner, y con su intervención se convertirán en el primer coro español que actúa en los Proms.
En junio grabarán con la Sinfónica de Navarra la «Misa en Re» de Dvorak, para el sello Naxos, y el 24 y 25 de abril cantarán «Carmina Burana», de Carl Orff, en Valencia.
El Orfeón, por el que han pasado a lo largo de su historia quince directores y que tuvo a Pablo Sarasate como presidente honorífico, fue el primer coro español que dio, en 1903, entrada a las mujeres.
En la actualidad está formado por 60 mujeres y 50 hombres de una edad media en torno a los 45 años, el 80 % de ellos de Pamplona, una ciudad de 200.000 habitantes.
Para pertenecer al Orfeón hay que tener «buena voz» y se valoran los conocimientos de música y la experiencia: «Lo bonito es que hay que gente que tiene un nivel de lectura de música básica y otros tienen la carrera superior de canto», detalla.
Para Ijurra, licenciado en Derecho y músico, el coro «ideal» sería la mezcla del Monteverdi -creado en Cambridge por John Eliot Gardiner- el de la Radio Sueca y el Filarmónico de Praga. «Sería impresionante», asegura.
Él empezó en «lo» de la dirección coral al frente del que hay en su pueblo, Extarri Aranatz, una localidad de 2.500 habitantes.
«En los pueblos había muy pocas distracciones: pelota o coro. Así que por la zona es muy común que haya mucha afición, como en mi pueblo, con un coro de 55 personas y banda de música», explica el músico, de 41 años.
El Orfeón, del que formó parte en sus primeros meses de vida el tenor Julián Gayarre (1840-1890), «ha tirado mucho» de repertorio «standard», léase «Carmina Burana», el «Réquiem» de Verdi, la Novena Sinfonía o «Alexander Nevski», pero a él le gustaría llegar «hacer otras cosas» y estrenar obras de contemporáneos porque, barrunta, «en el equilibrio puede estar el futuro».