La ropa puede adquirir olor a humedad si el armario no ventila bien o si se guardan prendas sin secar del todo. Unos ajustes sencillos ayudan a mantener el interior más seco y evitar malos olores.

Revisar la ventilación y evitar guardar ropa húmeda
La humedad se acumula con facilidad dentro de los armarios, especialmente en viviendas frías o con poca ventilación. Una de las causas más comunes del mal olor es guardar ropa que no está completamente seca. Incluso una ligera humedad en toallas, camisetas o prendas gruesas puede generar olores en pocos días. Es importante asegurarse de que todo esté bien seco antes de doblarlo o colgarlo.
Abrir las puertas del armario unos minutos cada día ayuda a renovar el aire interior. Si el armario está en una habitación poco ventilada, conviene abrir la ventana unos minutos mientras las puertas están abiertas para facilitar la circulación del aire.
Evitar el exceso de prendas y usar materiales que absorben humedad
Un armario demasiado lleno dificulta la circulación del aire entre las prendas. Dejar un poco de espacio entre ellas ayuda a que la humedad no quede atrapada. Las perchas finas permiten aprovechar mejor el espacio sin comprimir la ropa, mientras que los cajones no deben llenarse hasta el borde para evitar que los tejidos queden demasiado apretados.
Existen materiales que ayudan a absorber la humedad ambiental, como las bolsas de sílice, la tiza o los sobres de carbón activo. Estos productos pueden colocarse en las esquinas o en los estantes superiores del armario. No sustituyen la ventilación, pero ayudan a mantener un ambiente más seco. Es recomendable reemplazarlos cada cierto tiempo o cuando pierden eficacia.
Cuidar el interior del armario y revisar posibles filtraciones
La limpieza interior del armario también influye en el olor de la ropa. Pasar un paño seco o ligeramente humedecido con agua tibia ayuda a eliminar polvo y restos que puedan retener humedad. Evitar productos fuertes es recomendable para que no queden olores impregnados en la madera o los tejidos.
Si la vivienda tiene zonas frías o paredes con condensación, es importante comprobar si el armario está demasiado pegado a la pared exterior. Separarlo unos centímetros permite que el aire circule por detrás y reduce la acumulación de humedad. En casos persistentes, un pequeño deshumidificador en la habitación puede ayudar a mantener niveles más estables.
Un armario ventilado, sin exceso de prendas y con hábitos de secado adecuados ayuda a mantener la ropa en buen estado y libre de olores.