No hace falta vivir como uno de nuestros antepasados, calentándose alrededor de una hoguera ni ir por casa como un alma en pena envuelto en varias mantas. No, nada de eso.
Para ahorrar en calefacción no es necesario prescindir del sistema que tengamos en casa para generar calor, y mucho menos si se trata de una bomba de calor para calefacción.
Para recortar el gasto energético, y no hacer que la factura de la luz se dispare estratosféricamente, basta con prestar atención a unos sencillos trucos que podemos poner en marcha ya mismo:
1. Regular adecuadamente la temperatura
Si la calefacción está muy alta, también subirá más la factura, así que vale la pena hacer caso a las recomendaciones generales, que sitúan los niveles de confort en temperaturas de entre 21º y 19º grados.
Además, si hay una habitación o estancia en la que no hay nadie, tener encendida la calefacción sólo generará un gasto inútil, por lo que es mejor mantenerla apagada.
2. Usar un termostato programable
Cuando nos pasamos parte del día fuera de casa por trabajo, ¿por qué tener encendida la calefacción si no hay nadie que pueda disfrutarla?
Resulta conveniente entonces programar el termostato de los aparatos de calefacción para que puedan encenderse solos por ejemplo media hora antes de nuestra vuelta a casa y encontrarla ya caldeada.
Por la noche podemos apagarla por completo y programar que se encienda a una temperatura algo inferior, sobre 16º grados, media hora antes de levantarnos.
3. Contratar una tarifa con discriminación horaria
Si estamos en casa por la tarde y esa franja horaria es la de mayor gasto en calefacción, entonces nos convendrá tener una tarifa que se adapte a nuestro consumo. Hay determinadas horas del día en la que la luz es más barata y otras en las que los precios se disparan, así que si nuestro consumo eléctrico es muy específico, conviene tenerlo en cuenta.
4. Revisar la potencia contratada
Aquí también se nos puede ir un buen pico de la factura de la luz, especialmente si tenemos más potencia contratada de la necesaria, puesto que por cada kW extra que no necesitamos, podemos llegar a tener un sobrecoste anual de 35 euros.
Sumando el gasto de cada aparato que tenemos conectado a la luz al mismo tiempo daremos con la potencia que necesitamos realmente.
5. Cambiar tu viejo aparato por uno de alta eficiencia energética
Como los que se pueden encontrar en Ariston, todos ellos con las últimas prestaciones, como la bomba de calor para calefacción, que ofrece un rendimiento extraordinario incluso aunque el clima exterior sea muy frío.