(dpa) – La ventaja de los coches reconocidos como «oldtimer» -que es un término alemán, por cierto- radica en la matrícula. Con su placa con la identificación con la histórica H, estos vehículos tienen en Alemania permitido transitar zonas de bajas emisiones también sin catalizador.
Pero, antes de que un vehículo sea oficialmente reconocido como «oldtimer», tiene que ser examinado por un experto. El automóvil debe contar con al menos 30 años y a la vez encontrarse en buenas condiciones.
De esta manera se evita una oferta excesiva de coches cotidianos de menos de 30 años de antigüedad. «Hoy en día, los cacharros oxidados no reciben la matrícula H», explica Jan Hennen de Deuvet, la asociación alemana Oldtimer-Youngtimer.
NO SIEMPRE VALE LA PENA EL ESTATUS DE «OLDTIMER»
Dependiendo de la organización revisora, el peritaje costará entre 150 y 200 euros (entre 166 y unos 221 dólares). La autoridad de automóviles alemana cobra 30 euros por la matriculación, dependiendo de la ciudad y el municipio; mientras que las nuevas placas con la H al final cuestan alrededor de 30 euros.
Dependerá de la utilización si vale la pena hacer este cambio de categoría del automóvil. Quien resida en zonas de bajas emisiones o quiera transitar por ellas necesitará la placa con la H.
En el caso de los motores de gran volumen o de los viejos diesel, el propietario suele conducir más barato con el impuesto de «oldtimer» general de 191,73 euros al año que los propietarios de vehículos pequeños o de motocicletas.
EL EQUIPAMIENTO DEBE ENCAJAR CON LA ÉPOCA
«La matrícula de la H es solamente el resumen de cómo debe verse el vehículo», asegura Frank Wilke, experto en «oldtimer» y gerente de Classic Analytics, una empresa para observación de mercado y evaluación de estos vehículos.
El coche debe estar cuidado y en condiciones para el tránsito, a la vez que se permite un «tuning» contemporáneo. Por esa razón, los ingenieros que realizan las revisiones deben conocer bien la historia de los vehículos.
Wilke recomienda que para la evaluación se concurra con toda la documentación, como viejos folletos o fotografías. Y añade que, antes de concurrir a la instancia de revisión, debe controlarse el automóvil.
«En determinadas circunstancias, un volante deportivo o un sistema de escape deportivo que se instaló desde la compra puede incluso no formar parte del equipamiento original, o los neumáticos pueden no corresponder al período establecido», manifiesta el especialista.
De todas maneras, la matrícula que identifica al coche como «oldtimer» no necesariamente sube su valor. Aunque los vehículos de gran envergadura pueden venderse más fácilmente, ya que los costos de manutención para el seguro especial del «oldtimer» y el impuesto general del vehículo son menores que en los automóviles registrados como estándar.
TAMBIÉN LA IMPORTANCIA CULTURAL PUEDE SER UN CRITERIO
La historia y el significado también pueden desempeñar un papel en la prueba: «Un vehículo antiguo con una pátina distintiva con una celebridad como James Dean como primer propietario es asimismo un patrimonio cultural automovilístico, tanto como un coche de carreras histórico con aprobación de carretera no restaurado», explica Thorsten Rechtien del organismo de certificación alemán TÜV Rheinland.
En el transcurso de la evaluación, siempre se lleva a cabo una inspección general para ver si el vehículo se encuentra completo. «Para los coches importados se realiza un desmontaje general», explica Rechtien.
En tanto, los propietarios de automóviles importados asimismo deben demostrar cuándo se autorizó por primera vez ese coche en el extranjero.
Ya antes de la compra se recomienda un control completo. «Quien tenga previsto convertir un viejo vehículo en un ‘oldtimer’ debe controlar ya minuciosamente durante la inspección la originalidad del automóvil», advierte Rechtien. «Esto incluye una mirada crítica bajo las alfombras y el coche», añade.
Por Fabian Hoberg (dpa)