La variedad de opciones que hay en el mercado hace necesario tener claro qué quieres adquirir antes de gastar dinero en algo que no te vaya a satisfacer. Esto significa que elegir una ducha es un tema que no debería ser tomado a la ligera, y es importante adquirir información antes de tomar la decisión.
Actualmente, con la vida estresante que llevamos, así como el poco espacio disponible en muchas viviendas, disponer de una ducha para el aseo diario es lo más viable. Ésta es la opción más práctica y funcional, aparte de que es una manera de ahorrar agua.
La idea es elegir una ducha que sea lo más cómoda posible dentro del tamaño del baño, además de que sea acorde a la decoración. Las necesidades y el presupuesto de cada familia puede variar, pero aún así, hay alternativas variadas para tener en cuenta.
La opción más clásica
La ducha empotrada techo es probablemente la más común de ver en hogares pequeños porque ocupa muy poco espacio. Al estar dentro de la pared, se ahorran valiosos centímetros que se notan mucho estando dentro del cuarto de baño.
Además, es muy cómoda porque está en el techo, ya que el caudal cubre por completo sin tener que hacer un gran esfuerzo por ponerte bajo ella. Resulta extremadamente relajante la postura en la que quedas mientras cae encima el agua.
La presión no es muy elevada y el agua cae de forma vertical. El conjunto de estos factores hace que la sensación del agua sobre el cuerpo sea satisfactoria y placentera.
El rociador tiene una forma bonita cuadrada y extraplana, que resulta muy bonita de ver, y es acero inoxidable para que sea resistente al agua. Viene en diferentes medidas, desde 20 cm hasta 40 cm, para que se adapte a cualquier baño.
Este tipo de ducha tiene un estilo moderno y minimalista. Cuenta con un monomando con el que se regula tanto la presión del caudal como la temperatura, y es de zinc.
La ducha termostática
Una ducha termostatica cuenta con más funciones que una corriente, y su precio no aumenta mucho. Aparte de que es más fácil de instalar, en especial si estás haciendo una reforma, porque no requiere abrir la pared para instalarla.
El diseño es elegante, muy atractivo para la vista. Su forma es bastante delgada, por lo que apenas ocupa espacio aunque esté fuera de la pared. Queda bien en prácticamente cualquier baño, aunque es verdad que requiere unos centímetros adicionales de espacio.
Es muy cómoda de usar porque el agua siempre sale a la misma temperatura, independientemente de la fuerza del caudal. Esto es posible por los dos mandos con los que se controla cada una de las funciones por separado.
Tiene un sistema antiquemaduras que impide que la temperatura del agua supere los 38°C como medida de protección. Como se puede controlar el caudal con el segundo mando, es posible escoger una presión que sea cómoda, además de poder ahorrar agua si así se desea.
Algo más arriesgado
Si eres de los que les gusta algo más osado, la griferia negra permite atender necesidades de aseo pero también decorativas. Puedes encontrar casi cualquier tipo de grifería en este color, tanto para duchas como para el resto del baño, por lo que no va a desentonar si decides hacer este cambio.
Es muy llamativa y novedosa gracias al acabado mate con el que suele venir. Destaca en prácticamente cualquier baño porque los azulejos suelen de colores claros, lo que crea un contraste atractivo. También llama la atención cuando los colores de las paredes son más intensos, y el baño cobra una estética moderna.
Mientras que destaca lo rústico en los baños que tienen acabados con microcemento, en los de mármol se combinan y se convierten en un elemento estético de gran valor. La grifería negra es una tendencia perfecta para darle personalidad al baño y un toque moderno.