
(dpa) – Ya sea una nueva versión del Candy Crush, una prometedora aplicación para meditar o una buena solución para informarse, los dueños de télefonos inteligentes a menudo instalan más aplicaciones de las que alguna vez puedan llegar a utilizar.
En la mayoría de los casos, estas no se vuelven a borrar. «Tal vez todavía los necesite», piensan muchos. Pero los expertos advierten de los riesgos y efectos secundarios que puede tener contar con demasiadas aplicaciones.
Cada día trae nuevas aplicaciones diseñadas para hacer la vida más fácil o más entretenida. Esto conduce a pantallas de inicio abarrotadas. Según App Annie, un proveedor de servicios de análisis de aplicaciones, cada usuario de teléfonos inteligentes instaló un promedio de 95 aplicaciones en 2018. Pero sólo 35 de ellas se utilizaron cada mes y el resto ocupó espacio de almacenamiento innecesario.
Las aplicaciones frenan en un segundo plano
Según el dispositivo, las aplicaciones pueden afectar el rendimiento del aparato. «Cuando se instalan aplicaciones se debe ser consciente de que muchas mantienen activos servicios en segundo plano», alerta Alexander Vukcevic, de la empresa de seguridad informática Avira. Por ejemplo, las aplicaciones meteorológicas o de noticias consultarán regularmente los cambios o noticias.
Este es el caso incluso de las aplicaciones que no están abiertas. Con un alto número de aplicaciones con servicios en segundo plano, las constantes peticiones podrían ralentizar el teléfono y afectar la duración de la batería, dice Vukcevic.
Accesos no deseados en segundo plano
A menudo, los usuarios tampoco saben a qué pueden acceder las aplicaciones en segundo plano. Christian Funk, de la empresa de seguridad informática Kaspersky Labs, explica que algunas aplicaciones intentan acceder a datos que no tienen nada que ver con su función: «Un ejemplo clásico es la aplicación linterna, que quiere acceder a los contactos, por ejemplo».
Esto puede ser peligroso. «Si la información personal llega a terceros, pueden utilizarla con fines criminales», advierte Funk. Los contactos privados podrían utilizarse indebidamente, por ejemplo, para hacer que los correos electrónicos de «phishing» parezcan más auténticos y para que los usuarios hagan clic en los enlaces dudosos de un mensaje.
Retirar las autorizaciones
Se debe considerar qué acceso se concede a cada aplicación. Por supuesto, no funciona sin ningún de tipo de permisos, dice Funk. «Si tengo una aplicación con filtros de fotos, necesita acceso a mis fotos», aclara.
Sin embargo, hay una diferencia importante entre Android e iPhone en términos de permisos: mientras que con el sistema operativo Android sólo se pueden conceder todos los permisos a la vez durante la instalación de una aplicación o, alternativamente, la instalación debe ser abortada, en el iPhone cada permiso es consultado individualmente para su autorización.
Por ello con Android es muy importante, luego de instalar una nueva aplicación, volver a los ajustes de «aplicaciones» y «autorizaciones de aplicaciones» para comprobar y corregir los permisos de ser necesario. Por supuesto, esto también es posible con el iPhone en el punto de menú «Privacidad».
Los desarrolladores evitan el sistema de autorizaciones
Algunos desarrolladores de aplicaciones para Android evitan el sistema de autorizaciones. Investigadores del Instituto Internacional de Ciencias de la Computación de California (ICSI, por sus siglas en inglés), hallaron en un estudio que muchas aplicaciones recolectan datos pese a que se les prohibió el acceso a ellos.
«Las aplicaciones tienen más posibilidades de acceder a datos del dispositivo en el servidor de Android que en el de un iPhone», advierte Vukcevic. Las aplicaciones deben provenir además de una fuente confiable como Google Play Store.
Limpiar una vez al mes
No sólo por razones de seguridad se debe limpiar el teléfono celular de vez en cuando. Cuantas más aplicaciones se instalen, más notificaciones se recibirán en la pantalla de inicio.
La experta Stefanie Adam aconseja ordenar las aplicaciones innecesarias principalmente por su utilidad, desactivar las notificaciones y agrupar los íconos de las aplicaciones en carpetas en la pantalla de inicio. Se debe considerar el teléfono como una caja de herramientas: Lo que no es útil puede desaparecer, afirma.
Por Laura Dubois (dpa)