Al pensar en juguetes eróticos la primera imagen que se les viene a la mente a muchas personas es la de un enorme consolador con forma de pene, lo cual es debido a que durante una gran cantidad de años los productos pertenecientes a dicho mercado eran bastante grotescos. Pero ello ha cambiado principalmente por dos motivos: el elevado consumo de contenido pornográfico y la implementación de características tecnológicas en este tipo de artículos utilizados para dar y recibir placer. Esta transformación ha dado pie a una evolución del sector que se ha modernizado para que no todo se resuma en consoladores, sino que a dichos artilugios también se añaden otros mucho más discretos.
El primero de los motivos mencionados es uno de los que más ha incidido en el proceso evolutivo experimentado por los juguetes de carácter erótico. Diez años atrás se publicaban unas estadísticas que indicaban la presencia de Internet en un elevadísimo porcentaje de los hogares, hecho que conllevó un gran aumento en lo que a la visualización de material pornográfico se refiere. Dichos contenidos suelen ser muy diversos y siempre tratan de innovar para no aburrir a la audiencia, por lo que sus productores invirtieron grandes sumas de dinero en departamentos de I+D para dar forma a nuevos juguetes con el fin de mostrarlos y utilizarlos en los vídeos. Así pues, pasó a ser habitual la aparición de una serie de productos como los arneses vibradores con los que las lesbianas practican la penetración entre ellas. De la misma manera en que la pornografía crea una especie de necesidad en la sociedad sugiriendo la realización de determinadas prácticas sexuales en su momento logró transmitir a la audiencia la idea de que los juguetes íntimos habían cambiado y daban más placer.
Lo cierto es que gracias al segundo factor que guarda relación con la tecnología la intensidad de los orgasmos alcanzables con este tipo de artilugios es mayor si cabe. La diferencia es palpable al estimular el punto G con un elemento estático o haciendo uso de otro que se mueve incesantemente vibrando para que la sensación sea más aguda. Además, la introducción de componentes electrónicos aumenta la comodidad en la realización de ciertas prácticas como la masturbación. Un claro ejemplo es el de los huevos vibradores que se activan de manera muy práctica mediante un control remoto, los cuales están disponibles en Vivesexshoponline.com y son bastante económicos a la par que placenteros.
Otro aspecto relacionado con el anteriormente citado departamento de investigación y desarrollo que ha afectado notablemente a la evolución de dichos productos es el descubrimiento de nuevos materiales empleados en la fabricación de los mismos. Así lo demuestra la aparición en el mercado del conocido como Fanta-Flesh, un componente que ha pasado a añadirse a las bocas masturbadoras que tanto éxito están teniendo en la actualidad por lo económicas que son y lo fácil que resulta limpiarlas. Con el mencionado material también se fabrican juguetes eróticos muy elegantes como la recreación de la parte inferior del cuerpo de una mujer incluyendo en el conjunto desde los muslos hasta la vagina y el ano. El tacto recuerda al de la piel de verdad, por lo que la sensación es lo más parecida a realizar prácticas sexuales con una auténtica mujer.
Antiguamente la creación de nuevos juguetes íntimos parecía más bien una competición por ver qué empresa lanzaba al mercado el consolador de mayor tamaño. Por suerte, la evolución no se hizo esperar y ante la necesidad de los clientes tanto masculinos como femeninos que buscaban artículos realistas los investigadores se pusieron manos a la obra haciendo encuestas a la población para determinar sus gustos y tratar de plasmarlos en productos que a día de hoy triunfan en todo el mundo. La mejor muestra posible es la del Huevo Tenga utilizado por los hombres para masturbarse el pene, el cual es succionado de manera muy intensa provocando una sensación de deleite que siempre culmina en un gran orgasmo. Ello ejemplifica el hecho de que una buena e innovadora idea puede cambiar por completo un mercado, ya que a raíz del surgimiento de este artilugio no tardaron en lanzarse muchos otros elementos de masturbación cuyos precios no son en absoluto prohibitivos, sino todo lo contrario.
La transformación del sector de los juguetes eróticos también ha derivado en un gran éxito cosechado por aquellos productos que imitan desde la forma fálica de un actor porno hasta los pechos de la chica más famosa dentro del mundillo de los contenidos sensuales. Su existencia es agradecida sobretodo por aquellos individuos que al fin pueden cumplir la fantasía de llevar a cabo sus prácticas sexuales favoritas con diversas eminencias de la pornografía que, en cierta manera, pasan a acompañarles físicamente en forma de juguete íntimo que nada tiene que ver con los que se comercializaban diez años atrás.